Flashback I

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Riona Aína

Suspiro largamente mientras sus brazos me rodean. El amor de una veela hacia su pareja es incondicional, profundo y apasionado.

Y puede ser maravillosamente increíble si es correspondido. El placer y la dicha se duplican en niveles equilibrados entre el amor y la entrega absoluta. Soy afortunada de tenerlo y mi corazón se engrandece ante cada toque, cada beso, incluso ante cada mirada.

Somos cómplices de aquello en lo que pocos creen y muy pocos sabemos que existe. Su corazón y el mío nacieron para vivir en armoniosa sincronización a la par de nuestra respiración. Amo a este hombre y mientras más tiempo paso en sus labios, más me pegunto como pude vivir tanto tiempo sin tenerlo a mi lado.

Siento que esperé años e incluso milenios para poder darle mi corazón. Sus manos acarician mi espalda y mi piel se eriza al instante. Toca ese punto en mi espalda sabiendo muy bien lo que pasará porque conoce mi cuerpo a la perfección.

Mis alas emergen y sus manos las acarician, el suspiro de mi escapa de nuevo mientras cierro los ojos entregándome al placer. Toda mi piel arde y mis latidos se aceleran, su boca acaricia mi frente y un gemido me delata.

—Te conozco y conozco tu cuerpo como si fuera mío —dice burlón sin dejar de acariciar.

Sonrío en medio del placer.

—Es porque es tuyo.

Su cuerpo vibra con su risa y yo me dejo ir restregándome contra su cuerpo. Alzo mi vista y me encuentro con mis amados ojos verdes.

—Eres hermosa —dice y yo río.

—Te extrañé mucho. Odio cuando no nos vemos todos los días.

Él exhala— Ya hemos hablado de eso, sabes muy bien que tengo asuntos que atender.

Yo asiento, su trabajo lo requiere la mayor parte del tiempo y normalmente debe estar viajando.

—No necesitas trabajar. Si tan solo te quedases conmigo aquí en Myra, yo...

Pone sus dedos sobre mi boca para hacerme callar.

—Amo lo que hago, es parte de mi vida. Si me amas, tiene que aceptarlo y respetarlo.

—Lo hago, créeme. Solo que a veces es duro estar lejos —sonrío con tristeza.

—Lo sé, para mi también es duro —dice mientras me aparta y se pone de pie para vestirse.

—¿No vas a quedarte? —le pregunto confundida.

—No, mañana tengo entrenamiento. No puedo faltar, este año iniciarán los juegos y junto con algunos de los chicos debemos elegir un nuevo equipo élite de resguardo —se abotona su camisa y me sonríe—, ¿tienes lo que te pedí?

Yo asiento sonriéndole también.

—Te lo daré, pero sabes las condiciones.

—Lo sé, no te preocupes. Te prometo que no se lo diré a nadie.

—¿Tú hermana se pondrá bien con eso? ¿Estás seguro?

Él se acerca con su profunda y hermosa mirada verdosa.

—Así es, tu esencia a provocado mejoras en ella. Estoy muy agradecido, no sé qué haría sin ti —dijo con tristeza.

Acaricio su mejilla, me entristece saber que su hermana está enferma y que su enfermedad es terminal. La cura puede hacerse, pero requiere de mi esencia para que el resultado sea mejor. Me duele ver a mi amado así de triste, así que no lo dudo y como siempre que nos vemos me doy media vuelta.

—Tómalos —le digo mientras me aferro con fuerza a las sabanas de la cama.

—¿Segura? No quiero herirte —dice acariciando mi hombro desnudo.

—Haría cualquier cosa por ti Lev, hazlo.

Mi estómago se revuelve y mi corazón late desenfrenado, mi cerebro está alerta y me preparo para el dolor que experimentaré a continuación.

Sus manos se posan en mi cabellera y ahora que soy una veela completa no tengo que transformarme, así que la esencia corre por cada parte de mí.

El dolor me desgarra la cabeza en cuanto toma varios de mis cabellos noto que esta vez fueron más, pero no me preocupo. Se que los necesita y caigo en el colchón con los ojos cerrados, estoy gimiendo adolorida mientras las lágrimas humedecen mis mejillas.

Me duele demasiado, es insoportable. Su mano se posa sobre mi mano y con dificultad abro mis ojos para poder verlo.

—Gracias Aína, no sabes lo que significa para mí.

Intento aferrarme a su mano, pero él se pone de pie y se dirige a la salida. Cierro los ojos de nuevo jadeando tratando de controlarme, pero es imposible. Cada vez que hago esto es igual, temo cada vez que tengo que hacerlo porque para que el dolor cese tarda bastante.

Hubiese querido que Lev se quedase, cuando el está conmigo el dolor se calma más rápido, pero comprendo que quiera estar con su hermana. Puedo comprender el hecho de que ella es más importante para él, aunque en el fondo me duela.

Estiro la mano y tomo su almohada que aún está impregnada con su olor y dejo que me inunde por dentro.

Todo esto con la intención de calmar el dolor, todo esto con la intención de recordar que será temporal y que alguna vez como él me lo prometió estaremos juntos para siempre sin volvernos a separar.

Solo debemos esperar la mejora de su hermana y él no volverá a apartarse de mí. Me aferro a eso y el dolor aunque no se evapora, se calma un poco.

Solo debo aguantar un poco más... Solo un poco más.

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