¿Somos tres?

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Bosque de Myra

Eren

Camino por los corredores del palacio hacia el salón de reuniones, una que debería haber comenzado hace media hora.

No quiero lidiar con ancianos burócratas hoy, sin embargo, si debo hacerlo con los generales y encargados de región.

La puerta del salón se abre y me detengo cuando veo al anciano mayor.

El hombre me mira y sonríe.

-Muchacho, que bueno que estés bien -dice mientras me palmea el hombro.

Los otros tres hacen lo mismo y exhalo hastiado.

Fleur está de pie al otro lado de la mesa.

-¿Se los dijiste?

Ella se endereza cruzandose de brazos.

-Tuve que hacerlo, al concejo le preocupa el bienestar de nuestra Riona -me mira de arriba a abajo-. Ha estado cuatro días sin salir, y todos saben lo que eso significa.

Ruedo los ojos, no tengo interés de hablar sobre eso.

-Eren, cuando Malfoy sea transformado tendrá acceso a Myra, lo que quiere decir que ya no tendrás que encargarte de sus asuntos -insiste.

Me dejo caer sobre el asiento principal mientras sonrío. Ella me mira alzando una ceja.

-Te noto muy tranquilo en realidad, ¿no te afecta que esté con él?

-No -abro los pergaminos sobre la mesa para revisarlos.

Se queda callada, pero su mirada no me deja, así que se la regreso frunciendo el ceño.

-Está vínculada a él, pero yo lo estoy a ella -confieso dejándola boquiabierta-. Aceptó mi vínculo, por lo tanto no me interesa lo que haga Malfoy. Le pertenezco de por vida y tendrá que vivir con eso.

-¡Demonios, Eren! -exclama horrorizada-. ¿Le explicaste a Hermione lo que eso significa?

-Fleur, ella estaba sufriendo. Soy su protector, haré lo que tenga que hacer por ella, no me importa nada, pero si tanto quieres saber -explico-. Sí, lo sabe y lo aceptó.

-Malfoy ahora será un veela macho, esa es la ley natural cuando se es la pareja de una Riona, ¿crees que permitirá que te acerques a ella? -se aprieta el puente de la nariz.

-Tendrá que hacerlo, nuestra Riona lo ama, pero es en mí en quien confía -recuerdo lo que me dijo la última vez que estuve a su lado-. Hay cosas que no puedo decirte, pero lo entenderás cuando venga.

Uno de los guardianes me avisa de la llegada de los generales.

-Si me disculpas, tengo trabajo -claramente es una forma indirecta de pedirle que se marche, de mala gana lo hace y vuelvo a sonreír.

"No sé que haría sin ti"

El suspiro que acompañó esas palabras dichas por ella hacen aún eco en mi mente.

Puedo esperar unos días, igualmente tengo toda una eternidad por delante.

.

Hermione

Observo al hombre junto a mí, sereno y concentrado en sus escritos.

Hemos estado en este plan por una semana, temiéndonos el uno al otro. Ahora es distinto, sus latidos se acompasan con los míos, al igual que su respiración... Ahora encajamos, como si siempre hubiésemos sido el uno para el otro.

Si tan solo pudiera estar segura de que sigue siendo él, no me sentiría de esta manera... No me sentiría culpable.

Ya no hay peleas, ni desánimo... Debería alegrarme porque eso era lo que tenía que suceder, ahora él es una veela y puede entender mejor mi mundo... ¿No?

Mundo al que yo misma pertenezco hace casi nada, pero siento como mío por completo. Nací para ser esto, nací para ser Riona.

Sin embrago, Draco no. Él solamente es un complemento de lo que soy, lo que se supone que me ata a la vida. Esa es la ley.

<<Nuestro propósito es superior, lo necesitamos para sobrevivir, pero no para vivir... Ya no>>

Exhalo, es cierto. Eren se había encargado de darme una soga más de la cual sujetarme.

Draco vierte un líquido en el caldero, y yo me pregunto lo que pasará cuando se entere...

Cuando sepa lo que he estado haciendo estas últimas semanas, y lo que Eren significará de ahora en adelante.

Él exhala con fuerza y deja todo sobre la mesa para luego mirarme.

-¿Me dirás que sucede? -insiste-. Tus emociones revueltas me están provocando migraña.

-Lo siento, tengo muchas cosas en que pesar. Necesito regresar a mis deberes.

Traga asintiendo por inercia.

-¿Con Eren?

-Draco...

-No me agrada, se toma muchas libertades.

Desvío mi mirada hacia mis manos...

<<Si supiera...>>

-Hay muchas cosas que no entiendes ahora, pero te las explicaré todas. Para eso tengo que llevarte a un lugar... No es un lugar apto para todos -explico-. Ahora eres mi compañero oficialmente y eso implica que toda tú lealtad debe estar conmigo.

-Toda esta situación es muy confusa, ¿qué se supone que implica ser una veela?

-Demasiado, porque yo no soy una veela cualquiera, y al ser transformado por mí, tú tampoco lo eres... Draco hay cosas que no puedo decirte justo ahora, pero te prometo que lo haré, solo por favor no des detalles de lo nuestro... A nadie.

-Está bien.

Sé que debo ser cuidadosa, la duda en él es fácil de sentir. Solo estoy probando que tan lejos puedo ir. He tomado decisiones que podrían ser cuestionables para muchos, pero todas han sido con la intención de salvaguardar una especie entera.

Ahora la veela y yo somos una sola, y ya es bastante tarde para jugar a la mártir.

Por mucho tiempo cuestioné a cada mago tenebroso que por sus propios motivos puso en riesgo la supervivencia de los magos, pero ahora no dejo de decepcionarme de los que alguna vez fueron de los míos.

Su manera de actuar y afectar a otros, aplastando sin mirar.

El ministerio está vuelto un caos tratando de explicar cómo es que la naturaleza parece haberse rebelado, como es que las criaturas han estado desatando su furia contra ellos...

Dicen que es un fenómeno... Que algo en el ciclo ha cambiado...

Lo que no saben es que tan solo son las consecuencias de sus acciones, las criaturas han sufrido y callado, pero ahora tienen algo que no tenían...

Me tienen a mí...

Yo soy el motivo detrás del caos...

La sembradora de pánico...

Yo soy el nuevo mundo.

¿Estarías de acuerdo con eso Draco? ¿Te rebelarías en contra de los tuyos por mí?

Espero que sí, porque esa sería la única forma de saber que esto es real y no un simple tratado del destino para mantener mi humanidad... Una que por cierto desde hace mucho, no poseo.

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