¿Amenaza?

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La tormenta rugía con dureza, cayendo de manera tan violenta que era casi imposible ver a través de ella mientras lavaba las calles de las impurezas... Un fuerte trueno estalló y él se apresuró a bajar con rapidez para observar desde el gran ventanal de su despacho.

Amaba la lluvia, aunque en ocasiones no le gustaba mucho tener que desfrutarla en soledad desde que murió su amada esposa. Dejó las cortinas abiertas para poder ver el espectáculo que la naturaleza le ofrecía a través del gran cristal. Se sirvió una copa y se sentó en su silla, miró el montón de papeles en la mesa sobre el caso y veredicto de Hermione Granger quien pasó de ser una bruja a una Veela, en pocas palabras... Una criatura.

Sintió pena por ella él la consideraba una persona intachable y valiosa para el ministerio. Ahora su futuro no era tan claro como unos meses antes, con la ayuda del señor Scamander sabrían a que se estaban enfrentando y si era la señorita Granger sería capaz o no de llevar una vida normal.

La puerta sonó a causa de dos fuertes golpes.

Tiberius se levantó de su lugar preguntándose, ¿quién podría visitarlo a tan altas horas de la noche y con un clima tan atroz?... Tomó su varita solo por precaución y se acercó a la puerta para abrirla.

Frente a él una hermosa joven le regresó la mirada.

—Lo siento estoy perdida, ¿puede ayudarme? —le preguntó completamente empapada de pies a cabeza. Las gotas de rocío se deslizaban sobre su rostro cual caricia, pero en realidad fueron sus ojos... Esos hermosos e hipnóticos ojos dorados los que lograron que se apiadase de ella.

—Sí... Claro —se hizo a un lado para que ella pudiese en entrar y con un poco de magia atrajo una toalla hacia ellos para ofrecérsela.

La joven miraba todo a su al rededor con curiosidad y luego volvió a observar a su anfitrión con una sonrisa.

—Hay cosas que tenemos que hablar, pero dejaré que me sirvas una taza de té —más que una petición las sutiles palabras en su voz sonaron como una demanda que bien pudo pasar fácilmente desapercibida.

Tiberius sonrió y fue por el té, no había nada que no hiciera por esa mujer.

—Les puedo asegurar que ella no supone un peligro para la comunidad, al año hay muchas Veelas que deciden llevar una vida normal y ni siquiera nos damos cuenta que están entre nosotros

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—Les puedo asegurar que ella no supone un peligro para la comunidad, al año hay muchas Veelas que deciden llevar una vida normal y ni siquiera nos damos cuenta que están entre nosotros. Si bien es cierto que su transformación no es común y que el hecho de que alguien como ella haya sobrevivido a la transformación sin ser sangre pura es algo que creíamos imposible... —hizo una pausa para caminar hacia el otro lado de la mesa— También es un gran avance, quiere decir que pueden haber hijos de muggles que nacen con núcleos mágicos igual de poderosos que los de un sangre pura o mestizo... Incluso más.

Él ya adulto magizoologo tenía las miradas de todos los presentes de la sala sobre él.

—¿Pero cómo saber que su poder no es destructivo? Usted mismo dijo que no fue transformada por cualquiera, sino por una Veela Reina... ¿Qué demonios significa eso?... ¿Nos va a gobernar? —preguntó Ron con el ceño fruncido.

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