Posesión

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Con cautela ingresó a la habitación asegurándose de no ser visto por nadie aunque llevaba un excelente disfraz de sanador.

Ella estaba sobre la camilla conectada a una máquina que reflejaba el estado general. Su cara pálida hacía un gran contraste con su cabello castaño. La venda sobre su cuello apenas mostraba un pequeño vestigio de sangre en la superficie.

Se bajó la mascarilla y se acercó al rostro de ella. Astoria pareció sentirlo porque abrió los ojos muy débilmente, momento que él aprovechó para hacer conexión visual.

—Si te preguntan dirás que no recuerdas a tu agresor, el recuerdo será borrado de tu memoria y tú yo nunca tuvimos esta conversación. ¿Quedó claro?.

La joven hipnotizada asintió incapaz de hablar.

–Recuperarás la voz, ahora duerme —le ordenó y ella cerró los ojos entregándose a un profundo sueño.

Él colocó una mano sobre su garganta y luego saltó por la ventana dando por hecho su trabajo.

.

Draco

—Muy bien, si algo debe ya estar claro es que ustedes dos no pueden estar separados. Para una veela convivir lejos de su pareja puede ser desastroso —aclaró Scamander.

Estábamos en la oficina de Potter, quien por cierto no dejaba de mirarnos a ambos cómo si no pudiera creer o entender la situación. Weasley sentado en una silla detrás de mi tenía rato taladrándome el cerebro con la mirada y Granger estaba sentada sobre el sillón con la mirada perdida en algún punto de la habitación.

—Mi sueño anhelado, vivir con Granger —digo y ella al fin me mira alzando una ceja.

—Créeme no lo estás disfrutando más que yo —su tono es distante. Nada que ver con la Granger de hace un rato.

—Eso no fue lo que insinuaste hace rato —ataco frunciendo el ceño.

Ella rueda los ojos.

—No estaba... Cuando la veela se apodera de mi no puedo controlarme bien —dice en su defensa.

Yo me rio pero honestamente lo que menos me causa la situación es gracia.

—Hablas como si fueran una persona totalmente diferente. Como si fueras una buena persona de día y una asesina serial de noche, ¿acaso lo eres Granger? —me molesta su actitud por alguna razón.

Ella se me tiró a los brazos sola hace unos minutos, insinuó que prácticamente me violaría y ahora actúa como si nada de eso hubiese ocurrido.

—Hay cosas que la señorita Granger aún desconoce de su situación. El cuerpo de la señorita Granger es humano, a diferencia de el de una veela ya nacida criatura. La veela convive en su interior, pero ella sigue pensando por si misma... Todavía no son una sola —explica— por eso hay veces que puede controlarse y otras no.

—Oh, ¿por eso hay veces que mata gente y otras que les perdona la vida? —pregunto sintiendo un enojo repentino.

Ella me mira y sus ojos cambian de miel a negro varias veces.

—¡Yo no e matado a nadie! —grita saltando del sillón.

De reojo veo a Potter y al señor Scamander poner sus manos sobre sus varitas.

Debería temerle pero sé que ella no me haría daño. Ahora lo sé bien y por eso tengo ganas de aprovecharme.

—¿Que clase de amor es este? —le pregunto— eres tan tóxica. Matarías a cualquier solo por pensar en mí, no veo cómo eso pueda ser amor.

Sus hombros se alzan y descienden con violencia a causa de su acelerada respiración.

—Tú no entiendes nada. Y no lo entenderás porque no sientes lo que siento —sus ojos se cristalizan— para una veela el temor de perder a la única persona que puede amar es como la misma muerte. ¿Sabes lo que es eso Malfoy?. ¿Te imaginas tener que renunciar a la única persona que sabes que puedes amar en toda tu miserable vida?... Mi amor no es tóxico, yo moriría por ti imbécil.

Ella baja su mirada al suelo y todo permanece en silencio hasta que habla de nuevo.

—Tú puedes elegir a quien amar, yo no. Así que decídete ahora, puedes quedarte o te puedes largar. Pero no te atrevas a culparme de arruinar tu vida o querer atarte a mí. Puedo morir por ti ahora si me lo pides...

–Hermione... —interrumpe Potter con preocupación.

Pero ella regresa sus ojos a los míos y no los retira en ningún momento en cambio mueve una mano en dirección a Potter para silenciarlo.

—Pídemelo y acabemos con esto de una vez —me reta con el ceño fruncido.

Mi corazón choca contra mi pecho repetidas veces.

—No puedo —es lo único que puedo decir.

Ella aprieta la mandíbula y se que está luchando con las ganas de llorar.

Yo sé que también haz sufrido Granger.

—¿Por qué no? —pregunta con voz quebrada.

Cómo veela si lo que ella quiere oír, pero no puedo decirlo solo para hacerla sentir bien. Apenas estoy experimentando esto. Ni siquiera se si estoy haciendo lo correcto, sólo sé que siento pena por ella y al mismo tiempo siento pena por mí.

—Porque ya hemos sufrido suficiente —respondo.

Ella bufa y regresa al sillón.

—Quiero habitaciones separadas, que muera por ti no quiere decir que quiera ver tu cara de hurón a toda hora —dice con cara de pocos amigos.

Esa es la Granger que conozco.

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