Capítulo 14

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Narra TN__

Sólo había sido un rasguño. Pero para mí podía ser muy peligroso, así que sólo me lo limpié con un pañuelo que tenía por ahí.

– Uff, qué bueno que no hay demonios cerca, ¿verdad? – me di cuenta que Yukio se veía súper preocupado – ¿Profesor...?

– TN__, acompáñame para curártelo.

– Pero ya no está sangrando.

– No importa, vamos rápido.

Seguí a Yukio. Hasta dejé mi mochila en la silla, inclusive antes de salir completamente del aula voltee a ver por un momento a Rin. Él tenía la cabeza baja y su mano cubría su boca y la nariz, como si estuviera aguantando la respiración.

Rin se quedó solo en el aula.

Narra Rin

Me quedé en esa posición por un minuto más, ya que no sabía si ella iba a regresar o alguien más en el aula. Al menos Yukio entendió rápido.

Antes de que el olor de su sangre llegara hacia mi nariz, pude retener la respiración para no olerlo. Fue suerte de que lo hiciera justo a tiempo.

– Ah ~ – me levanté del asiento y exhalé, pero en el momento de que inhalé no tardó en que salieran las llamas azules – ¿Eh? Pero si TN__ ya no está. ~

El olor débil me llevaba hacia el lugar que TN__ estuvo sentada antes en el examen. Al parecer, la gota de sangre había aterrizado sobre la mesa. A pesar de que la mancha era demasiado pequeña, había hecho que sacara las llamas.

No quise llevarme la mochila por temor a quemarla. Cuando salí del aula, las llamas desaparecieron al igual que el olor.

Ocupé una llave que Yukio me había dado sólo para ir al dormitorio mientras pensaba en otra solución para que no sucediera lo de las llamas.

Llegué demasiado rápido al edificio en donde nosotros nos hospedábamos; sólo tuve que subir las escaleras y abrir la habitación, me encontré con Yukio. Creo que se preparaba para irse.

– Yukio... – se percató de mi presencia.

– ¿Qué pasa?

– Cómo... – Yukio estaba preparando sus cosas – ¿Cómo está ella? – me senté en su cama.

– Todo salió bien. También hiciste un gran trabajo para no olerlo, admito que me asusté por un momento – se dirigió hacia la puerta, pero antes de irse me comentó – Rin, sé que seguirás estando tras ella. Así que sólo te recuerdo que administres el perfume y te acostumbres al olor.

– Se lo dirás a él, ¿verdad?

– Es mi obligación – hizo una pausa. Era una mala señal – me imagino que cuando se acabe el perfume él tomará medidas. Tal vez... No la veas en un buen tiempo – se fue.

Me levanté y saqué la espada de la funda que siempre cargaba. Me acerqué al espejo que reflejaba todo mi cuerpo, puse en frente de mí la espada y la abrí un poco; obviamente provocando que las llamas salieran.

Me vi al espejo y no pude evitar en recordar todas las veces que los demás me decían que era un demonio, que se alejaran de mí o que a las personas que sabían sobre mi verdadera forma y me querían, se fueran.

A pesar de que tenía a Yukio... Me sentía solo.

Cerré la funda de la espada y la aventé sobre mi cama. Ahora debía de buscar el maldito perfume que me había dado Mephisto, ya que no recordaba en dónde lo había puesto.

Atrévete a creerlo (Rin x Lectora)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora