Capítulo 17

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Narra Rin

Me extrañaba que TN__ no haya estado en ninguna clase, mejor dicho, no haberla visto desde ayer en el jardín. Sólo esperaba que ella estuviera bien.

– ¿Escuchaste lo que te dije? – había olvidado que Shima me estaba hablando – ¿Qué te ocurre el día de hoy?

– ¡Nada, nada! – le enseñé una sonrisa para que viera que yo estaba bien – sólo que no pude dormir.

– ¿Acaso te divertiste a noche tú solito? ~ – me vio con picardía – no seas tímido, ¿fue por medio de un vídeo o por un-? ¡Auch! – Ryuji le había dado un zape a Shima.

– Es desagradable que hables sobre ese tema – Ryuji parecía demasiado molesto. Luego puso la mirada en mí – Rin, ¿sabes lo que le sucedió a TN__?

– No tengo ni idea, yo también estoy extrañado – le respondí – es demasiado raro que ella no venga.

– Yo creo que se enfermó – Konekomaru se unió a la plática – no tendría sentido que ella no decida venir aquí.

– O tal vez se quedó dormida – dijo Shima – aunque tampoco tiene lógica.

– Lo sé... ~ – susurré.

* No falta mucho para que llegue el receso. *

Las clases se pasaron muy lentas para mí. De hecho, sólo estaban revisando los exámenes que afortunadamente pude aprobar.

El toque de la campana del receso llegó. Me levanté y rápidamente fui hacia donde habíamos acordado ella y yo. No tardé demasiado en llegar, hasta la busqué pero no la encontraba.

Me senté y empecé a debatir si debía de ir a buscarla o esperar a su llegada.

De repente, alguien me tapó los ojos.

– '¿Quién soy?' ~ – el intento fallido de TN__ al hacer una voz grave y profunda hizo que me riera – me imagino que ya lo sabes ~ – dijo con su voz normal.

– Reconocería esa voz en cualquier lado – retiró sus manos y voltee a verla – ¿Por qué...?

TN__ llevaba una sudadera holgada combinada con un pantalón de mezclilla. Botas largas, unas orejeras y unos guantes de cuero. El único accesorio que llevaba era una bolsa bandolera.

Seguí hablando.

– ¿Acaso vamos a ir a un lugar frío?

– No tengo ni idea del clima pero no lo creo – se observó lo que ella llevaba puesto – ¿Es por mi ropa? – asentí – es la ropa que siempre ocupo para poder salir a pasear o caminar por ahí.

– ¿Incluso en un pleno verano?

– Sí, debo evitar a toda costa los rasguños – lo decía como si fuera lo más normal del mundo – ¿por qué me ves de esa manera?

– Hace demasiado calor como para que andes con eso... – le quité las orejeras y los guantes de cuero – dame la sudadera.

– Pero-

– ¿Acaso quieres que te dé un golpe de calor? – al ver que no me respondía, seguí hablando – no te preocupes por los rasguños. Ya me haré cargo del demonio que quiera comerte, al igual que ya me puse el perfume – no la vi convencida – Confía en mí.

– Está bien... ~ – se quitó la sudadera y me la entregó. Al menos ella llevaba la camisa de la escuela – se siente demasiado fresco.

– Ya decía yo que algo andaba mal, entonces – dejé sus cosas sobre el pasto – ¿a dónde vamos a ir? – me emocioné.

Atrévete a creerlo (Rin x Lectora)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora