PARÁSITO -Meanie-

II.III

—¿Esté? —Preguntó Mingyu alzando a la pequeña tortuga en sus manos, era un peluche algo grande que podría asustar a Won así que negó con la cabeza mientras que su novio se alejaba para buscar otro. —¿Qué animal se llevaría bien con un gato?

WonWoo sonrió un poco. No era una cita, en realidad nunca tenían citas ya que estas contaban más como una salida normal de amigos, algo que no levantará las sospechas de nadie a su alrededor, sin importar qué tan lejos estuvieran de la escuela. Y era un cobarde. WonWoo era un completo cobarde que no podía solo disfrutar de su noviazgo y ya, no podía disfrutar de Mingyu porque él mismo se lo prohibía, como si no se lo mereciera. ¿Pero quién se merecía a Mingyu?

Lo miró examinar a cada peluche de la estantería.
Claro que le gustaba Mingyu, desde la primera vez que lo vio en el club de canto, antes de eso no lo había notado, después se enteró que iban en las mismas clases y que este le hablaba todos los días para saludarlo.  Y nunca llamó su atención hasta ese día que lo vio y escuchó rapear, porque la actitud y  la disciplina con la que cantaba fue lo que le cautivó. Y cuando terminó con esa hermosa sonrisa hizo que su corazón latiera emocionado. Ese día no se acercó, no fue capaz de hablarle.

¿"te gusta Rapear"? Mingyu le preguntó la segunda vez que fue a esa aula casi vacía. WonWoo negó, pero Mingyu le sonrió de oreja a oreja y corrigió su pregunta "¿Te gustaría rapear?"

Sonrió ante el recuerdo y un nuevo peluche se alzó frente a sus ojos. Era un animal de patas pequeñas, de mirada endulzante y un pelaje negro con varias manchas blancas. Un oso panda lo suficientemente tierno como para acompañar a Won y no hacerlo temer. Lo tomó con ambas manos y lo examinó por varios segundos más para alzar la mirada y asentir. Mingyu sonrió victorioso, ya tenían un compañero adecuado para el gato así que solo tenían que pagar e irse.

—¡Mamá! ¡Yo quiero uno así! —escuchó el grito de un pequeño a su lado y bajo la mirada. Era un niño apuntando a su oso panda, sostenía la mano de su madre quien sonreí nerviosamente y asentía.

—¿Podrían decirme dónde lo encontraron? —Preguntó la mujer mientras que el niño saltaba con emoción a su lado.

Miró a Mingyu y esté se acercó con una mueca extraña, como si estuviera apenado o preocupado.

—Era el último en el estante. —Y por lo tanto era el último en venta, así lo marcaba el pequeño letrero.

—¿Ah? ¿Ya no hay? —  Preguntó el niño desilucionado mientras bajaba la cabeza.

—Ya... Está bien, cariño, buscaremos otro. —Consoló la madre con cariño mientras acariciaba su cabeza.

WonWoo miró al oso panda. No era el peluche más lindo del lugar, habían conejos, zorros, tortugas, canguros... Y ese era el único oso panda. Miró al niño quien comenzaba a buscar otro peluche con una mueca triste aún tomando de la mano a su madre, él no hizo berrinche ni lloró, solo se veía triste y pequeño. WonWoo suspiró.

—Disculpe. —Llamó a la mujer extendiendo el oso panda. —Puede quedárselo.