IV.III

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De un segundo a otro la escuela se había convertido en un caos. Varios alumnos habían intentado salir por la puerta principal, se amontonaron y cayeron, algunos siendo aplastados por sus compañeros y otros quedándose sin aire, WonWoo no supo como pudo arrastrar a Mingyu hasta un aula cerrándola de golpe, se ocultó con él quien balbuceaba cosas inentendibles y espero a que algunos gritos cesarán. Todo estaba mal. No sabía dónde estaba Suyen, ni sabía dónde estaban los otros chicos.

Habían larvas por todos lados, eran gigantescas como la palma de su mano y aunque se movían lento ellas conseguían transportarse. Suyen escupió varias justo después de besar a ese tipo, y estás se arrastraron buscando a las personas para morderlas pegándose tal sanguijuela. Ellas se clavaban profundo y no soltaban, y al momento de morder varias llegaban para acompañar a la primera. WonWoo vio ésto a través de la ventana.

—Tenemos que salir de aquí. —Murmuró cuando el bullicio se escuchaba más lejos. —Mingyu levántate.

—No. —Se negó Mingyu empujándolo. —Vete, me quedo aquí.

—No seas idiota, no puedes quedarte. —Regañó tomándolo del brazo. Jodidamente lo cargaría si lo necesitaba. —Si no salimos de aquí esas cosas nos encontrarán.

—¡No! —Mingyu lo volvió a empujar. —WonWoo... siento a esta mierda debajo de mi piel ¿Crees que soy idiota? Si voy contigo... terminarás igual que el chico al que besó Suyen... Solo vete.

WonWoo lo miró directamente. Si, sabía que era algo probable, pero se negaba a ello, se negaba a dejar a Mingyu solo y verlo morir, le importaba un carajo que afuera estuvieran jodidas babosas asesinas, no iba a dejar solo a Mingyu. Lo tomó del brazo por tercera vez y le importó si Mingyu quería o no, se lo llevaría aún con el riesgo de morir. Y es que ya tenía un plan en la cabeza, algo que si resultaba los mantendría a salvó.

—Soonyoung se sacó esa cosa de adentro. —Habló mientras sostenía a un debilitado Mingyu. —Y creo tener una idea, así que mueve tu jodido culo y deja de llorar.

—WonWoo... —Mingyu comenzó a llorarle en el hombro. —Te quiero demasiado como para dejar que te coman babosas asesinas... quiero que vivas... no seas idiota, tú no eres idiota.

Mingyu lloriqueo mientras era arrastrado y balbuceaba demasiado cerca. WonWoo comenzó a cuestionarse que tan difícil era llevar a alguien inconsciente escaleras abajo. Estaban en un tercer piso, la cocina estaba en el segundo junto al comedor, y el primero estaba repleto de oficinas y casilleros, y era el lugar de donde provenían los gritos, todos intentando salir.

Cuando estuvo en el pasillo quiso vomitar, el olor a sangre y carne podrida era atroz, y la vista no era nada agradable. Habían larvas, larvas que se amontonaban en los cuerpos que ahora parecían gelatinas rojas y grumosas de carne, alguna vez fueron personas, hace apenas unas horas ellos eran normales. Cerró los ojos con fuerza intentando ignorarlos. Quería gritar, sus piernas temblaban y apenas era capaz de arrastrar a Mingyu con él, sentía que estaba a punto de desmayarse en cualquier momento.

"No tengas miedo" se dijo así mismo. "Y si lo tienes tragatelo y sigue"

Tenía que llevar a Mingyu rápido a la cocina, aún si tenía que arrastrarlo hasta allá y pasar entre aquellas personas que ya no eran personas.

Pensó en Jun y en los demás, en Seokmin, Rumi, Minghao... ¿Qué habrá pasado con ellos? Cuando todo ocurrió solo fue capaz de  apartar a Mingyu y esconderse, pero no escuchó a los demás, probablemente corrieron hacia la salida, y tenía una esperanza de que hubieran salido rápido de la escuela, sin ser aplastados o mordidos por las larvas. Cuando observó el pasillo todos esos animales estaban amontonados en pequeños grupos.

—¿Qué demonios están haciendo? —Preguntó sin esperar respuesta.

Se movían unas sobre otras, las más grandes se alimentaban de la gelatina que eran los cadáveres y las demás que eran considerablemente pequeñas se retorcían a su alrededor, como si se envolvieran entre ellas. Estaban pintadas de rojo gracias a la sangre, y WonWoo no podía entender como no habían huesos a la vista, ni siquiera ropa. Mientras caminaba entre ellas ninguna se acercó a él ¿Por qué?

—¿Sabes cómo se reproducen las serpientes? —Preguntó Mingyu comenzando a caminar por su cuenta. Era un avance. —Ellas se enrollan en grandes cantidades... Parece que las alíen-babosas hacen lo mismo... Se están apareando.

—¿Por eso no nos atacan?

—Eso creo... Aún así no te confíes. No quiero que... que te muerdan. —Mingyu casi murmuró lo último.

WonWoo miró a su alrededor, no había ninguna larva que estuviera interesado en él, todas tenían un lugar. Miró al techo para asegurarse y no había nada.  Entonces podían seguir.

No importaba como pero iba a mantener con vida a Mingyu.

PARÁSITO -Meanie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora