VII.IV

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Suyen los miraba
directamente, ella se veía tan delgada y frágil que parecía romperse con el viento, su cabello lacio caía húmedo con sangre y algo más. Ella tomó al parásito que había estado dentro de Mingyu y dio un
paso hacia delante. Ellos
no podían correr, la única salida estaba siendo bloqueada por la chica, y pasar a su lado era una sentencia de muerte ¿entonces que podían hacer? WonWoo buscó algo, la botella de agua con sal, pero no estaba, Mingyu no
las había llevado con ellos. La mirada de WonWoo regresó a Suyen.

Suyen sonrió.

—Yo lo sabía... —Dijo ella
con la voz suave mientras daba un paso. Se tambaleó como una muñeca. —WonWoo ¿no recuerdas? Aquella audición que vimos juntos...

WonWoo apartó un poco a Mingyu. Claro que lo
recordaba, ambos se
escondieron para no ser
vistos, y aunque no
hablaron entre sí
estuvieron uno al lado del otro en silencio. WonWoo no fue capaz de acercarse, pero Suyen sí, y ella fue amable y linda con Mingyu, así como lo era con todos. Pero aquella chica tan
cordial y bonita ya no
estaba, tan solo quedaba
un cascaron que no se
parecía nada a ella, que
caminaba demasiado lento y lucía aterradora.

Alguna vez esa chica fue
linda y feliz.

—No tengo nada que
decirte, Suyen... —Dijo con la voz suave, quizas
buscando a la verdadera
Suyen debajo de esos ojos muertos.

Suyen sonrió.

—La pregunta que hiciste la ultima vez... —Habló Suyen. —La respuesta es simple... Me gusta por las mismas razones por las que a ti te gusta. ¿no es
así? —Ella les sonrió y
extendió su brazo sin el
animal. —Yo solo quería... —La voz de Suyen sonó justo como antes. Le rompió el corazón a WonWoo escucharla de nuevo.
—Desearles buena suerte.

Suyen lloraba lágrimas
cristalinas. Lágrimas
llenas de tristeza.

Ella también estaba
enamorada de Mingyu.
WonWoo lo sabía, tal como Suyen sabía que WonWoo también estaba
enamorado de la misma
persona. Y ella nunca dijo nada. Ella... Ella solo lo aceptó cuando era Suyen.

Una chica así no debería tener un final tan triste.

Extendió su mano sabiendo que  no iba a alcanzar a tocarla, pero aún así lo hizo, solo para que ella no se fuera sola.

La chica se desmoronó en ese momento. Su cuerpo ya no soportaba a los parásitos y solo colapsó. Ella estaba muerta.

Una chica tan linda... una chica así merecía estar con alguien que la amará.

Abrazó a Mingyu sintiendose pequeño.

PARÁSITO -Meanie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora