II. VII

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Cuando las clases terminaron WonWoo se quedó para acomodar los pupitres y limpiar todo lo que pudiera, no era obligatorio, pero era su mejor manera de hacer tiempo para que los demás alumnos salieran y solo quedarán él y Mingyu. Y sabía que Mingyu lo esperaba porque caminaba en círculos por el pasillo observando las ventanas. Cuando terminó Mingyu entró rápidamente y extendió un peluche de cachorro hacía él.

El peluche era del tamaño de Won, tenía ojos tiernos y caídos y sus orejas estaba bajas, estaba permanente sentado. Lo tomó con ambas manos y lo examinó con curiosidad esperando una explicación. Bajo el peluche y miro a Mingyu directamente, este le mostró una cálida sonrisa mostrándole sus lindos colmillos.

—Es para hacerle compañía a Won. Es pequeño, aún come croquetas y tiene ansiedad social. No puede estar conmigo por eso, tengo demasiados perros grandes que podrían asustarlo.

Sonrió con los ojos puestos en el peluche, su mirada tierna parecía perfecta para estar junto a Won, quizás ambos se llevarían bien. Se sintió como un niño pequeño emocionado y abrazó al pequeño cachorro para después mirar a Mingyu. Lo besó asegurándose antes que estuvieran solos, y cuando se apartó su novio le tomó de la mano para llevarlo fuera del aula. El atardecer entraba por las ventanas.

—¿Cómo se llama? —Le preguntó en medio del pasillo.

—Kkuma

—¿Es una niña?

—¡Es un cachorro!

Mingyu se detuvo en medio del pasillo justo cuando WonWoo le sonreía a Kkuma, soltaron su mano con rapidez y tuvo que alzar la mirada con curiosidad. Suyen estaba a un par de pasos, ella estaba mirando a la ventana directamente, su cabello estaba por todo el pasillo y algunos mechones colgaban de su ropa, sus piernas estaban separadas y sus ojos tenían un color extraño, como si estuviera sangrando por ellos. Miró a Mingyu y este le regresó la mirada con la misma confusión.

—Suyen... —La llamó Mingyu acercándose poco a poco, y antes de que pudiera dar más de tres pasos WonWoo lo tomó de la muñeca, sintiéndose extraño y temeroso. —¿Qué pasa? —Le preguntó no comprendiendo porque lo tomaba de esa forma.

Algo no estaba bien en Suyen.

Ella comenzó a temblar de un momento a otro, justo como lo había hecho aquel día que se encontró con WonWoo, pero esta vez intentaba caminar, sus temblorosas piernas dirigiéndose a la ventana. Parecía no haberlos escuchado porque ni siquiera se giró a verlos.

—¡Suyen! —La voz de Rumi los hizo saltar de sorpresa y ambos giraron, la chica estaba de pie completamente aterrada por la actitud de su amiga, se acercó corriendo hasta ella y como si fuera un muñeco Suyen se desplomó al suelo. —¡Suyen! ¡Llamen a alguien, no se queden ahí parados!

WonWoo tomó su celular comenzando a llamar al número de emergencias, como lo había hecho esa vez, Mingyu por fin se acercó a la chica y la levantó un poco para girarla, ella parecía estar inconsciente y lloraba. Ella estaba llorando un líquido cobrizo y extraño. 

Le respondieron segundos después y escucho la típica voz que lo recibía.

Suyen abrió los ojos y su celular se apagó de repente.

—¿Suyen? —Preguntó Mingyu.

Suyen parpadeo un par de veces, aquel líquido había dejado de escurrirse de sus ojos.

—¿Mingyu, Rumi? —Preguntó ella intentando  sentarse. —¿Me desmaye?  Rumi... tu libro...

—Eso no importa, lo conseguí. —Respondió Rumi intentando levantarla. —Hay que llevarte con un médico, creo que la enfermera acaba de irse...

—Estoy bien. —Dijo Suyen poniéndose de pie. —Ahora estoy bien...

Y como aquel día Suyen lo miró directamente y sonrió.

PARÁSITO -Meanie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora