Doragon no ai - ドラゴンの愛 (EreMika Hiatus)

Sentimientos

Ya había anochecido y Eren se paseaba en los jardines del castillo de los Fritz buscando a Armin, pasaría ahí la noche al igual que su hermano y su amiga Ymir gracias a la invitación que el rubio les había hecho, ahora mismo lo buscaba ya que tenían una plática pendiente.  Mientras caminaba estaba recordando los eventos sucedidos esa tarde, justo después de conocer a la señorita Yelena tuvo una muy breve charla con Mikasa en dónde ella se disculpaba por lo sucedido una vez más y fuera de eso no pudieron hablar de otra cosa ya que los Ackerman se retiraron temprano. Sin embargo, antes de irse Jean lo confrontó.

-Hey Jaeger, no quieras pasarte de listo no me importa que seas un Príncipe mi deber sigue siendo proteger a Mikasa.
-¿Qué pasa Jean? Dime la verdad, ¿Crees que soy un peligro para ella o para ti?
-¿A qué te refieres?.-  Claramente Jean se molestó cuando le dijo eso.
-No soy tonto Kirschtein, Mikasa es muy hermosa por lo que no me sorprendería que sintieras algo por ella, se nota cuando la miras  pero no entiendo porque dices que vas a protegerla, yo no pienso hacerle nada… que ella no quiera.
-¡No te atrevas a ponerle una mano encima! 
Jean lo había tomado del cuello del saco así que Eren sujetó su mano con fuerza pero moderada pues sabía que podría hacerle daño, después de todo era una "bestia" o al menos así lo llamaba él.
-Tú no te atrevas a decirme que es lo que puedo o no hacerle, además ella ya nos ha demostrado que es completamente capaz de defenderse sola, no te necesita. 
-Sé un maldito hombre Jaeger y dime ¿Exactamente qué es lo que quieres de mi princesa?.
Eren se había cansado y la forma en que Jean la llamaba seguía incomodando así que tomó ambas manos del más alto haciendo que lo soltaran.
-No tengo por qué contestarte eso pero sí puedo asegurarte una cosa, yo jamás tomó algo que deseo sin consentimiento, pero siempre logró lo que me propongo  así que créeme Kirschtein, Mikasa va a darme justo lo que quiero por voluntad propia.

El soldado se había enfurecido tanto que estuvo a punto de golpearlo y por suerte llegó Zeke a detenerlos, de no haber sido así el escándalo provocado en el castillo de los Fritz les habría traído serios problemas a todos.
Ahora que lo analizaba Eren se insultaba a sí mismo internamente ya que a pesar de lo que dijo ni siquiera él estaba seguro de qué era lo que verdaderamente deseaba de la Princesa de Hizuru, o mejor dicho qué tanto esperaba obtener.

Sin darse cuenta el ojiverde había caminado y caminado por el palacio, tanto que ya había llegado a una parte alejada en los jardines justo dónde se alzaba la gran muralla que protegía esas tierras y afortunadamente ahí estaba Armin.

-¿No pudiste especificar que te vería aquí? Me habrías ahorrado el recorrido a tu reino.
-Supuse que tendrías cosas qué pensar Eren.- su mejor amigo lo conocía tanto que a veces no era necesario contarle lo que pasaba.
-Ya veo, bien ¿Por qué quieres que hablemos de Mikasa?.
Eren observó con sorpresa como el rubio sacaba de entre sus ropas dos botellas de vino antes de contestarle.
-Primero pongámonos cómodos, esta charla probablemente sea larga.

Eso hicieron, tomaron asiento sobre el césped y recargaron la espalda en la muralla luego comenzaron a beber.

-Eren ¿Qué interés tienes en Mikasa?
-¿Eh?.- el castaño otra vez se sentía presionado respecto a eso, últimamente se veía enfrentado a la pregunta de la que ni él mismo estaba seguro. -¿De qué hablas Armin acaso no me conoces? Tú sabes qué es lo que me interesa cuando me gusta alguien. 
-Vaya al menos ya aceptaste que te gusta.- el rubio dio un gran trago antes de continuar frente a la mirada desconcertada de su amigo. -Pero no sólo eso Eren, está vez es enserio ¿No?.
El castaño ni siquiera pudo responder, tenía una mezcolanza de ideas en la cabeza mientras Armin se reía de él, estaba atrapado.
-Vamos Eren ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando te hablé de lo confundido que estaba respecto a Annie?.