Cuerpo a cuerpo

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El día para llevar a cabo el desafío al fin llegó, era temprano, 6:00 AM y Mikasa ya se había levantado, se duchó y se puso un vestido sencillo en color azul claro. 
Antes de arreglar su cabello tomó su ropa de entrenamiento y la metió cuidadosamente en una bolsa de viaje esperando que su abuela no quisiera saber que había dentro de ella, mientras terminaba de arreglarse se preguntó dónde estaría Sasha, no era común que no estuviera ahí con ella. 

La cita sería a medio día por lo que aún tenía tiempo para hacer algunas cosas, salió de su habitación y fue a la de un lado para buscar a Sasha, pensaba que tal vez se había quedado dormida o algo así pero no, nadie atendió su llamado y parecía que estaba deshabitada. Estará en los jardines con Jean, o en la cocina. Pensó Mikasa sonriendo.
Se dirigió a la cocina para buscarla pero no la vio por ninguna parte, en su lugar encontró a la Señora Kirschtein, la madre de Jean que también había sido como una especie de nana para ella encargada de cuidarla cuando su madre murió.

-Buenos días mi niña ¿necesitas algo?.- saludo alegremente la señora.  
-Nana, buen día estoy buscando a Sasha ¿la has visto?
-Está en los jardines de la entrada principal con Jean, los soldados enviados a Eldia ya regresaron.
-Iré a buscarlos, gracias Nana.

Mikasa salió directo a la entrada principal, sabía porque estaban ahí sus amigos y cuando los encontró confirmó su sospecha, Connie había regresado. Él era un soldado de alto rango, el segundo al mando de Jean y curiosamente también eran amigos, Connie fue enviado como cabecilla de un pequeño grupo de soldados a Eldia, una "nueva nación" formada por familias de diferentes tierras que no estaban de acuerdo con sus gobernantes.
En Eldia se mezclaban las razas de las naciones aliadas más poderosas del mundo; Liberio, Marley, Paradise, excepto Hizuru. Al parecer gente de ahí intentó convencer a ciertas familias para abandonar la tierra gobernada por los Ackerman y unirse a ellos, sin ningún éxito claro, pero al saber de eso Kiyomi, Erwin, Grisha y Rod habían tomado la decisión de mandar un pequeño ejército a investigar puesto que nadie además de la gente que ahí vivía conocía a su líder, un Rey o Reina a la incógnita y de la que no se sabían sus intenciones lo único que dejaba claro era su poder. 

La pelinegra se acercó a esos tres jóvenes que se miraban tan felices y los saludo a todos.
-Princesa Mikasa, es bueno volver a verla.- dijo el recién llegado.
-Connie, ya te había dicho que no es necesario que me llames así y que puedes tutearme.- en realidad entre ellos dos no había una amistad como con Sasha y Jean pero sí tenían buena relación.
-Oh es cierto… lo siento Mikasa.
-Oi Connie, nosotros tres iremos a Liberio de visita al castillo de los Fritz ¿Por qué no nos acompañas?.- Jean se veía feliz al decir eso y Sasha apoyaba completamente la idea.
-Me encantaría chicos pero no puedo, tengo que hablar con la Señora Kiyomi.- una mueca casi invisible de preocupación se apoderó de él antes de seguir. -Además quiero ver a mi familia.
-Nara y el pequeño Finn ¿Eh? Debiste extrañarlos mucho.- Sasha le dio una sonrisa comprensiva.
-La verdad que sí, muero de ganas de verlos sobre todo a mi pequeño.- ser padre era la mejor de las recompensas que pudo tener Connie. -Los veré a su regreso y Jean hablaremos después.
Por un momento el más alto tomó una expresión muy seria y sólo asintió, sabía que algo importante descubrieron en ese viaje y él era una parte fundamental para tomar cartas en el asunto.  

Un par de horas más tarde Mikasa acompañada por su hermano y sus dos mejores amigos se dirigía a Liberio, los Ackerman tenían la particularidad de ser muy puntuales para sus citas y en esta ocasión ella debía presentarse antes de lo planeado para prepararse además de que el viaje era un poco largo. Cuando al fin llegaron al palacio de los Fritz el Rey Erwin junto a su hijo ya los esperaban, la pelinegra se sorprendió cuando no vio por ninguna parte a Hange pero justo después del saludó ella apareció. 
-¡¡Mikasa!!.- la Reina iba casi corriendo y encima del elegante vestido llevaba puesta una bata como la que normalmente usaban los cocineros. -Me alegro tanto de verte, uh Levi también vino y ellos deben ser amigos tuyos, hola chicos.- Hange se veía tan feliz y emocionada que contagiaba a casi todos.
-Yo también me alegro mucho de verla.- contestó Mikasa alegremente.
-Oh no, no, no. Deja de lado las formalidades, puedes llamarme Hange y ustedes también chicos.- se dirigía a sus acompañantes apuntando con su mano. -Soy un gran desastre, lo lamento, me ocupe en una investigación que estoy haciendo.
-¿Enserio?, ¿Y de…- la joven fue interrumpida por su hermano antes de formular por completo su pregunta.
-Es mejor que no le preguntes nada si  quieres llegar a casa hoy.- el tono de Levi era totalmente desinteresado.
-¡Levi!.- no pudo reprocharle nada o decirle lo grosero que fue ya que el ruido parecido al de un aleteo sonó con fuerza entre el aire.

Doragon no ai - ドラゴンの愛 (EreMika Hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora