Efectos

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Eren abría los ojos pesadamente, los rayos de sol se asomaban débilmente por la ventana de la gran habitación y el ambiente era frío, aproximadamente las 5:00 de la mañana y él ya estaba despierto. Esa noche no había podido descansar de la mejor manera un pensamiento vagaba por su cabeza, un recuerdo, una imagen. La imágen de una chica de piel pálida y cabello más negro que la oscuridad de la noche, unos hermosos y brillantes ojos grises que lo miraban fijamente, una mirada fuerte pero confundida mientras bailaba lentamente entre sus brazos. 
Seguía sin explicarse el por qué, la noche anterior se la pasó llenó de calma con la compañía de esa joven princesa tan bella e intrigante, de Mikasa Ackerman. 

Un pensamiento fugaz atravesó su mente, tal vez, sólo tal vez era cierto lo que antes pensó, tal vez su gusto por Mikasa era diferente al que siempre tenía por las personas o cosas. Dicho pensamiento se fue tan rápido como había llegado. No, que estupidez… Un gusto es pasajero y no está de más dárselo. Pensó inmediatamente, él era Eren Jaeger, el joven príncipe de Paradise que siempre obtenía lo que quería y luego lo dejaba al aburrirse, siempre era así. 
Se levantó y se dirigió al cuarto de baño para mojar su cara y amarrar su alborotado cabello castaño. Dejó que su cabeza se despejara antes de concentrarse en sus labores, logró que ese pensamiento abandonara su cabeza sin saber que ocasionalmente volvería acompañado de más dudas.

En Marley todos los sirvientes se encargaban de limpiar el gran salón donde tuvo lugar el evento, comenzaron muy temprano ya que la familia Tybur iría de visita al palacio. 
Annie pasó la noche ahí puesto que el día anterior fue el baile, se encontraba dando un paseo por los jardines cuando se topó con Frieda algo ida sentada en una banca de piedra, se veía demasiado decaída y sus ojos maquillados trataban de ocultar las marcadas ojeras y la hinchazón, estaba tan pálida y demacrada al parecer había llorado toda la noche. Annie se acercó para sentarse a su lado. 

-Hola.- dijo la rubia para llamar su atención. 
-¿Eh? Oh Annie ¿Qué haces aquí? Es demasiado temprano.- la pelinegra le dió una sonrisa tratando de ocultar su verdadero sentir. 
-Lo mismo digo, no has podido dormir ¿Cierto? 
-Algo así… 
-Es por Levi.- sí,  Annie sabía de su relación, al igual que varios del grupo de amigos. 
-¿Cómo lo supiste? .- la mirada de Frieda cayó al suelo. 
-Los dos se desaparecieron del salón y cuando regresaron se veían mal, incluso los Ackerman abandonaron el evento antes de lo esperado, algo muy malo debió haber pasado. 
-Él… va a casarse…- las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, unos hermosos ojos de un extravagante color violeta que sólo se miraba en hechizeros fuertes algo que ella comenzaba a dudar. -...con Pieck.  
La cara de Annie tomó una expresión de sorpresa increíble y en su mente se preguntaba si había escuchado correctamente. 

-¿Pieck? No eso no puede ser ella está…- se detuvo. -No creo que ella tenga interés en Levi. 
-No se trata de interés o de querer, se trata de que tienen que hacerlo, él ya está en edad de convertirse en Rey y para eso debe casarse con una joven de buena familia...- antes de terminar fue interrumpida por Annie.
-Alto, tú eres una princesa sería conveniente su unión, además de lo que sienten.
Frieda rio derrotada. -Oh vamos Annie, ambas sabemos que nadie aceptaría eso, aunque no lo digan todos piensan que los Reiss somos demasiado problemáticos desde lo de Dina y otros pocos que también saben lo de Uri…- dió un suspiro. -Que acepten la amistad entre clanes no quiere decir que acepten una unión que implique mezcla de sangre.
En ese momento todo quedó en silencio, la rubia sabía que no tenía ningún argumento ante ese hecho y que Frieda tenía razón, sólo le quedaba apoyar a su amiga y también tendría que hablar con Pieck sobre lo que estaba pasando pero esperaría ya que ella se encontraba en su tierra natal con su familia… 

La vida en Paradise para Eren podía llegar a ser bastante aburrida y eso lo molestaba pero hoy en particular estaba muy inquieto, desde la mañana de ese mismo día en que el pensamiento de Mikasa lo invadió tuvo la sensación de querer verla y justo ahora estaba a nada de convertirse en dragón y volar hasta Hizuru sólo para satisfacer su deseo. 
Maldita sea ¿Qué está mal conmigo? ¿Desde cuándo me cuesta tanto controlarme? Mientras se decía eso se recordaba a él mismo siendo un pre-adolescente que apenas podía controlar sus transformaciones, al principio cuando fue lo suficientemente maduro para cambiar de forma le costaba mucho trabajo controlar sus emociones ya que el cambio venía desde ahí, su furia, tristeza, alegría, deseo, etc. 

Doragon no ai - ドラゴンの愛 (EreMika Hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora