Llama gemela

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La princesa casi no pudo dormir debido a todo lo que pasó por su cabeza esa noche, sí, había acordado con Sai detener los próximos planes para ella pero ¿De verdad podría hacerlo? ¿Sería capaz de ir en contra de su abuela? Cuando se hizo esas preguntas el recuerdo de las palabras de Eren la calmaron.  "...aunque parezca egoísta, estaría dispuesto a abandonar el Reino de Paradise para estar con ella." De un momento a otro no pudo creer que había dudado de sí misma, ella era Mikasa Ackerman, la joven princesa nacida bajo el emblema de una guerrera, esta vez no estaría peleando sólo por ella también lo haría por los sentimientos que compartía con el ojiverde. 

Los primeros rayos del sol aparecieron, la joven salió de la cama, cambió su ropa y se dirigió al cuarto de entrenamiento, no podía quedarse más tiempo en su habitación y no había nada mejor para ella que ejercitarse sola. Un par de horas pasaron y seguía concentrada en sus actividades cuando al lugar llegó Jean que parecía somnoliento.

-Hey Mikasa ¿Qué haces aquí tan temprano?
-Hola Jean, yo no podía dormir así que me harté y vine aquí.- observó la cara cansada del chico. -Tampoco parece que hayas tenido buena noche y ayer fue lo mismo ¿Todo está bien?
-Claro, es decir, fuera de todo lo que ha pasado estoy bien es sólo que me he quedado despierto hasta tarde.
-Ya veo…- la pelinegra hizo una pausa dudando y luego habló. -Otra cosa Jean.
-¿Qué hay mi princesa?.- preguntó el joven.
-Antes de la celebración del compromiso de Levi dijiste que querías hablar conmigo pero esa charla nunca se dio ¿Qué querías decirme?

Jean quedó estático, había olvidado su momento de valentía ese en que le pidió a Mikasa que hablaran y ella se negó prometiendo que lo harían después, ahora se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo desde entonces pero en realidad sólo habían sido unos días. Algunas cosas se alteraron y lo llevaron a otra situación, sin embargo comprendía que debía hablar con la verdad así que tomó un respiro y contestó.

-Mikasa yo tenía algo que confesarte pero las cosas han cambiado, resulta que me di cuenta de que estaba equivocado, me dejaba llevar por un capricho egoísta, sé que no lo entenderás ahora pero aún así quiero que sepas que te quiero y que voy a seguir cuidando de ti cuando me necesites porque sigues siendo mi princesa.- él sonrió dulcemente.
Tal como dijo, la Princesa no lograba entender a qué se refería y tampoco estaba segura de preguntar, se quedó analizando las palabras de su amigo mientras miraba como él seguía con sus actividades hasta que decidió que no indagaría más por el momento. Pocos minutos después al lugar llegó Levi y por último Kenny para su práctica diaria de combate cuerpo a cuerpo.

El entrenamiento transcurrió y terminó con normalidad era hora de que cada uno se ocupará de sus asuntos, los tres hombres estarían atareados pero Mikasa realmente no tenía mucho que hacer, desde que el desastre llegó a Hizuru sus clases personales con el Señor Dufour habían sido canceladas para evitar poner en riesgo a cualquiera de los dos por lo tanto ella tenía que practicar cada cosa  sola o con Sasha y eso era un problema pues aunque era buena casi en todo siempre se interesaba más por las acciones físicas, además por el momento su mejor amiga se encargaba de cuidar a Finn, el pequeño hijo de Connie ya que su madre, Nara, ahora trabajaba ahí mismo en el castillo.

La pelinegra se dirigía al cuarto de música para practicar la melodía que había compuesto junto a su profesor cuando se percató de que los Jaeger estaban llegando, los recibió saludando cortésmente y estos respondieron de igual forma.

-Como siempre es un gusto verla Señorita Mikasa.- dijo Grisha. -Me encantaría quedarme a hablar pero su padre y su tío nos esperan, con su permiso.
-No se preocupe majestad, lo entiendo.

Grisha comenzó a caminar hacía la oficina de Kenny, Ymir que ahora también los acompañaba se acercó un poco a Mikasa.
-Vaya que te he extrañado Ackerman.- sonrió la pecosa. -Ya hablaremos luego.
Por último fue Eren quien se aproximó y ágilmente tomó su mano para saludar mientras discretamente le entregaba una pequeña nota.
-Espero que tengas un buen día Princesa.- fue todo lo que dijo y se dispuso a seguir su trayecto.
Mikasa los observó marcharse y luego ella hizo lo mismo, caminó hasta el lugar a donde inicialmente iba y sólo entonces miró el papel que Eren le entregó.

Doragon no ai - ドラゴンの愛 (EreMika Hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora