Decisión

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Cuando acabo de llorar del todo, cojo un autobús directo a casa, no a la casa de mi hermana, ni mucho menos a la de mis padres, sino a la ciudad en la que vivo y estudio, donde se encuentran ellos.

Durante el viaje me quedo pensando en todo lo que ha ocurrido. Mi reencuentro con David ha sido tan confuso que por un momento dudo si debería tomar una decisión. Solo por un segundo pienso que debería dejar las cosas como están hasta que todo me explote en la cara más todavía y me quede solo como merezco. Pero entonces su rostro llorando aparece en el interior oscuro de mis párpados y siento como me faltan las fuerzas. Dije que no quería volver a verle llorar, pero tal vez alejarme de él sea la mejor forma de conseguirlo... aunque cada día que pasamos sin hablar me sabe amargo.

No quiero hacerle daño a ninguno de los tres, quiero estar con los tres... y, joder, siento algo por los tres, incluso todavía siento algo por David. Pero tengo que tomar la decisión correcta, no una decisión científica basada en pros y contras, más bien una decisión visceral... sí, una que supere a la razón. Como las que tomas cuando tienes fiebre o estás borracho...

¿Por qué sigo dándole vueltas a una decisión que ya he tomado más de una vez?

Cuando llego a mi apartamento ya es de noche y Red e Ian están cenando. De pronto me siento demasiado nervioso y emocionalmente exhausto para afrontar nada relacionado con el amor, incluso me sigue sonando rara la palabra. Hoy ha sido un día devastador, aún tengo en mi mente el rostro de David diciéndome que ya no soy suyo... me siento liberado, pero... demasiado por un día.

-Hola chicos. -saludo sin saber bien qué cara poner ni cómo actuar, pero en que me ven ambos se sonríen complacidos.

-Hola Cris. -dice Ian con cuidado, pero con la sonrisa aún latente en su rostro.

-¿Qué tal el viaje espiritual? -pregunta Red a su vez, también sonriendo.

-Revelador... -no se me ocurre otra palabra que pueda describirlo con más exactitud y finalmente decido corresponder a sus sonrisas, aunque no las entienda.

-Ian y yo hemos estado hablando de... bueno, de tí. -comienza a decir dedicándole una mirada cómplice a Ian y este se sonroja en el acto.

-Sí, de nosotros tres... -añade Ian muerto de vergüenza.

-Me lo imaginaba... -suelto en un suspiro cansado y me siento con ellos dispuesto a afrontar todo esto de una vez.

-No es lo que piensas, Cris. -dice Red con voz tranquila y apaciguadora. -No vamos a decirte que elijas entre uno de los dos o algo por el estilo.

-Ya, pero aún así... -comienzo a replicar y Red me hace un gesto para que le deje hablar, Ian parece demasiado avergonzado como para intervenir.

-Déjame que te lo explique desde el principio para que no te asustes.

-Me acabas de preocupar solo por decir eso. -hago notar entre asustado y divertido por la absurda tensión en el ambiente.

-El caso es que Ian y yo estuvimos hablando y ambos coincidimos en que tú nos habías dejado claro que esto era solo sexo mezclado con amistad, pero que últimamente tal vez la cosa había ido un poco lejos y estabas empezando a asustarte por si acababas envuelto en una relación o haciéndonos daño a alguno de los dos... ¿Es cierto?

-Sí, supongo que sí. -respondo sorprendido por lo acertado de sus palabras.

-El caso es que una cosa llevó a la otra y acabamos hablando de sexo... bueno empecé yo, ya conoces a Ian, no soltaba prenda. -no puedo evitar reírme por el giro inesperado de la conversación y por la cara de Ian que está roja como un tomate y la esconde entre sus brazos. -Al final, decidimos que, como ninguno de los dos quiere perderte y tu pareces tener fobia a la monogamia, lo mejor sería demostrarte que no nos importa ser liberales...

Todos mis Chicos (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora