Capítulo 12

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De los recuerdos.
"Arriesgarse, parte 2..."

— Lo gracioso será volver a subir a esa maldita cama. — Dijo Poe graciosa y yo reí.

En ese momento el sonido de la puerta llama nuestra atención y de pie, en el marco de la puerta, Líam levanta su mano a modo de saludo.
Las mejillas de Líam están coloradas porque nos pilló desprevenidas y bufa divertido, hasta que posa sus ojos en mí, y su rostro palicede.
Entonces lo entendí, miré lo que él veía, me miré a mí misma, llevaba puesta una bata de paciente, mi pierna estaba vendada, al igual que mi cabeza, mi hombro y mi cuello.

Avergonzada bajé la cabeza y Poe decidió hablar.

— Gracias por venir Lím. —dijo amable y apretó su hombro sutilmente— Deja de mirarla como si fuera un monstruo... Porque patearé tu trasero, Baker. —Susurró Poe mientras abría la cama nuevamente. Él asintió con una sonrisa y se acercó a mí, sus ojos se cristalizaron y un leve moreton cubría su ojo izquierdo.

— Todo estará bien... — Dijo él. Y algo en mí se rompió, porque quería rodearlo con mis brazos y decirle que todo estaría bien pero claro, ¿cómo?.
Estaba por contestar cuando sentí un mareo intenso y un dolor punzante acompañado por el ardor de la pierna, debía volver a la cama.

— Líam cambia esa cara de idiota y ayúdame a subirla a la cama.

Ambos empujaron un sillón que estaba en el extremo, y con ayuda de Poe pude subirme hasta estar completamente acostada. Mi pierna me lo agradeció.

Pero entonces Líam se acercó a la cama, me cubrió con la manta, agarró al señor Conejo y lo puso a mi lado.

— Ese conejo horrible es de Poe. — Dije graciosa.
Él sonrió, sonrió y que bonita sonrisa fue aquella.

Fue algo muy simple.
Fue rarísimo que él lo hiciera pero aún más raro fue lo que eso me hizo sentir. 

Por primera vez, lo ví con otros ojos.

Cuando deje de extrañarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora