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Los largos cabellos azabache de la hija mayor de Akira se extendían por el agua verdosa, provenientes de las termas instaladas en su baño, ella observa con pereza su teléfono, observando por medio de las cámaras en la sala de entrenamiento como su madre castigaba a Kotaro por no ser lo suficientemente fuerte para ella.

Kotaro, por su parte, ya estaba acostumbrado, no le quitaba el dolor, pero, si pensaba en que su hermana realmente lo amaba, y, que ella jamás le había hecho algo como eso, realmente podía resistirlo.

Porque al final del día tendría un hogar al cual volver, tendria a su hermana, ella era su hogar.

La azabache suspiró, terminando de lavar su cuerpo y saliendo de las termas, pasmado a Dabi y Hawks, quienes vigilaban en la puerta de entrada al baño de la femenina, ¿por qué? Porque ellos ahora eran quienes la cuidaban, a demas, ella quería provocarlos un poco.

La razón por la que sueles querer comer un postre es gracias a que, cuando lo ves, tiene una apariencia deliciosa y, al probarlo, te das cuenta de que este está realmente delicioso; de esta misma manera, cuando vuelves a ver aquel delicioso postre en algún mostrador, se te hace agua la boca no deseas nada más que probar denuevo aquella delicia.

Eso mismo era lo que ella hacía.

Habia dado una prueba y ahora solo se paseaba frente a ellos para que la deseen, tanto así que querrán hace lo que sea para complacerla, siendo completamente eficientes al momento de realizar su pedidos para lograr ganarse una cucharada más.

Era casi el mismo caso de Kotaro, ellos estaban sedientos y ella era un refrescante vaso de agua.

Al terminar de cambiarse con un elegante Yukata, que su madre había elegido para ella, la femenina peinó su cabello en un moño alto y salió de su habitación, dispuesta a defender sus pertenencias de su abusiva madre, quien no quiere mucho a Kotaro ya que sus Kosei son casi el mismo.

— Buenos días, madre, veo que tu mañana esta algo...animada.— dijo ella, observando a Kotaro, quien sonrió ampliamente al ver a su hermana mayor.

La de cabellos cortos levantó una de sus cejas mientras observaba a su hijo menor:— Buenos días, cariño, ¿Que quieres desayunar?— la menor acaricio su frío cuello, cerrando sus ojos, tenia sueño, no había sido bueno para ella usar hierro en su Quirk cuando se lo mostró a su padre.

— no lo sé, ya saben lo que me gusta, sorprendanme.— dijo la menor, observando a una de las criadas de su casa, quien de inmediato corrió a la cocina.

Aquel día sería algo ocupado para ella, después de todo iría a visitar a su tía Kayena para concordar con algunas cuestiones legales en las que habían estado trabajando el último mes.

Ella sería quien haría el primer movimiento.

Akira observó a su hija con una sonrisa, empujando a Kotaro bruscamente para que se acercara a su hermana:— ¿No me darás un abrazo? Se supone que me extrañaste a mi, no al inútil de tu hermano.— la de cabellos cortos solía pensar que jamás usaría las frases de su madre, porque independientemente de lo que hacía ahora ella tuvo una vida normal.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛʀᴇꜱꜱ [ ʙɴʜᴀ +21 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora