Narra Kyoto.
Tal vez estaba caminando hacia mi muerte, pero no pensaba en ir desarmada.
Me acomodé de la correa que sostenía la funda de mi arma en mi cadera y pasé los dedos por la tela de cuero. Podria haber traído más, pero las armas disminuían mi velocidad de carrera, de todos modos no podía usar la mayoría de ellas. Solo me quedé con la pistola en mi cadera y los cuchillos enfundados que tenía en la cintura. Era mejor que nada, aunque, seguramente me enfrentaría a personas nacidas para matar.
El mundo se llenó completamente de noche y me dolieron las piernas al subir las empinadas laderas de las colinas. Estaba realmente alejada de Musutafu.
Miré el gran puente frente a mi, era hermoso, estaba decorado con cristal y rosas de color negro, al final, yacía una gran mansión. Parecía un hermoso castillo de cuento de hadas. Miré el puente por última vez antes de comenzar a cruzarlo, mientras, observaba los tulipanes azules que crecían en el prado al rededor de la mansión. El color de los ojos de Ittsy.
Los únicos sonidos eran mi respiración agitada y el crujido de las botas sobre el hierro. Avancé muy despacio, tropezando en medio de la iluminación a medias. Me mantuve siempre cerca de la pared y pronto se me heló la mano: el metal húmedo, frío, me mordía la piel. Daba pasos cortos, tenía miedo de dar un paso en falso y caer directamente hacia mi perdición.
Después de lo que me pareció una eternidad, un rayo de luz anaranjada dividió el espacio en la oscuridad. Y entonces llegaron las voces. Siseos, gritos, elocuentes y guturales, una cacofonía que hizo estallar el silencio como el estampido de un petardo. Me apreté contra la pared del puente, pero el sonido pasó y se desvaneció.
Permanecí en las sombras, con el corazón tembloroso en el pecho. Cuando pasé el puente y comencé a buscar alguna pequeña grieta por la cual adentrarme sin ser descubierta. Cuando la encontré, vi que era lo bastante grande como para que una persona pasara por ella, y tan irregular y rugosa que era obvio que no se usaba con frecuencia.
Era un pasadizo secreto.
Una mirada al entorno no revelaba ninguna huella, ninguna señal de nadie que hubiera usado esa entrada en bastante tiempo. El pasillo que se abría frente a la grieta estaba desierto, pero se doblaba con brusquedad y no me permitía ver muy lejos.
El pasaje estaba mortalmente silencioso, pero me acordé de la advertencia de Sumiye y no confié en mis oídos, no cuando sabía que alguien bien entrenado es capaz de ser tan silencioso como un gato. Sin embargo, tenía que salir de la cueva. Hacía semanas que Ittsy estaba ahí. Tenía que descubrir dónde la habían encerrado. Y con mucha suerte, no encontrarme con nadie mientras lo intentaba.
Me deslicé por la pequeña abertura, encogiendo el vientre para pasar. Mi arma crujió contra el cemento, raspándola, e hice una mueca cuando las piedrecitas que cayeron rebotaron contra el suelo.《Muévete, muévete》. Me apresuré por el pasillo abierto y me metí en un hueco que se abría en la pared de enfrente. No me daba demasiada cobertura.
Me deslicé a lo largo de la pared, e hice una pausa en la curva del pasillo. Un error…: solamente un idiota bajaría ahí. Quién sabía dónde estaba en ese momento…Sumiye debería haberme dado más información sobre este lugar, y yo haber tenido la inteligencia suficiente como para preguntar. O para pensar en otra forma…, cualquiera excepto esta.
Arriesgué una mirada hacia el otro lado del recodo y mi frustración casi me llevó al llanto: otro pasillo, iluminado en ambos lados lámparas. No había sombras donde
esconderme, y en el otro extremo, otra vez la mirada entorpecida por un brusco giro. Me sentía casi como una cierva muerta de hambre arrancando corteza de un árbol en medio de un claro. Pero los pasillos estaban en silencio…, las voces que había oído antes habían desaparecido. Y si oía a alguien, podía volver a la boca de ese pasadizo de un salto. Tal vez pudiera hacer una breve expedición de reconocimiento, reunir información, descubrir dónde estaba Ittsy. No. Tal vez no tendría una segunda oportunidad. Debía actuar ahora. Si me quedaba ahí demasiado tiempo, nunca volvería a tener el valor. Me dirigí hacia la curva. Unos dedos largos me tomaron del brazo y me puse rígida. Una cara hermosa con expresión de curiosidad apareció frente a mis ojos. Los colmillos blancos brillaron junto con los ojos rojos cuando él me sonrió.
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ᴇɴᴄʜᴀɴᴛʀᴇꜱꜱ [ ʙɴʜᴀ +21 ]
FanfictionNunca resaltó en la escuela, una estudiante promedio, ella se habia encargado de que fuera así, nadie sabía nada de ella ni sobre su familia, nadie sabe lo que hace por las noches. Nadie sabía que caminaban a un lado de una asesina serial. Si era n...