-012.-

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— 012.—

Un humo de aire frío salió de su boca, eran aproximadamente las cuatro de la madrugada, ella se encontraba sentada en un banco en el parque central de la ciudad, leyendo un libro, a ella le gustaba salir de la rutina de vez en cuando. Simplemente se levantó a la mitad de la noche y caminó hacia el parque para poder terminar su libro.

La azabache estaba tan centrada en su lectura que no notó que alguien más estaba detrás de ella, al sentir un olor familiar a humo no tardó en levantar la mirada, encontrándose con los brillantes ojos color zafiro del albino, cuando sus miradas se conectaron se creó un silencio, bastante cómodo, como solía pasar entre los dos.

Ella no había visto a Dabi desde que él le dio aquel beso frente a su casa.

La de orbes negros no se había percatado de la distancia, no hasta que sus respiraciones chocaron, en aquel momento el mayor sonrió, bajando la mirada hacia los labios de la azabache, pasando la lengua por los suyos al ver lo rojos que estaban gracias al ambiente frío, luego de eso él bajó su mirada al libro de la chica, tomando este y agarrando entre sus manos, ojeandolo un poco antes de sentarse a un lado de la menor, pasando su brazo por detrás de su cuello, abrazandola por los hombros.

— Rosa, una flor orgullosa, solitaria con espinas al rededor de su corazón; muchas flores la aman, la desprecian y la admiran, muchas flores son sus falsas amigas, muchas flores son sus verdaderos enemigos.— comenzó a leer Dabi.— No sabía que te gustaban los relatos de este estilo, mucho menos la poesía.

— No sabes muchas cosas de mi.— dijo ella, recostando su cabeza en el pecho del mayor, estremeciendose al sentir su aliento contra su cuello.

— Eso lo sé.— dijo él, haciendo el libro a un lado y tomando el rostro de la chica entre sus manos.— Pero por lo menos se que me quieres como yo a ti.

Ella levantó sus cejas:— Define querer. — la azabache observó los hermosos ojos zafiros de Dabi, quien la miraba con el mismo rostro inexpresivo que ella a él.

Touya guió a la chica de tal manera que ambos unieron sus labios en un beso, un beso lento, pausado, tranquilo, pero para anda aburrido, era un beso que le darías a alguien que te ha gustado por mucho tiempo, un beso que disfrutas como a tu helado favorito.

— Esto es querer.— dijo Touya al separarse de la menor, observando sus ojos negros.— Lo hiciste bien para ser tu segundo beso.

El albino levantó sus cejas, sorprendido, observando como por una milésima de segundo los ojos de la menor brillaron:— Solo continúa con la lectura.— ella tomó el libro con delicadeza y lo colocó en las manos del mayor, quien bajo las comisuras de sus labios ligeramente, fastiado, después de todo queria seguir con los besos.

— ella tomó el libro con delicadeza y lo colocó en las manos del mayor, quien bajo las comisuras de sus labios ligeramente, fastiado, después de todo queria seguir con los besos

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La chica colocó su mejilla sobre su mano, observando al albino que compraba un par de hamburguesas en el único lugar abierto que encontraron a las cinco de la mañana.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛʀᴇꜱꜱ [ ʙɴʜᴀ +21 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora