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Este capítulo contiene escenas de violencia y en extremo escenas lemon y/o sexuales, si no te gustan este tipo de escenas no leas este capítulo

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Este capítulo contiene escenas de violencia y en extremo escenas lemon y/o sexuales, si no te gustan este tipo de escenas no leas este capítulo.

036.—

El vaivén de sus cuerpos mantenía su temperatura corporal alta, ella podía sentir sus manos recorrer rincones de su anatomía que ni siquiera ella conocía. La azabache soltó un largo jadeo al sentir su miembro adentrarse en ella.

Un escalofrío recorrió la espalda de la menor, siendo seguido por una descarga eléctrica que hizo que se estremeciera. Él había aprisionado sus muñecas por encima de su cabeza con una de sus manos, las cuales eran realmente grandes y la retenían sin ningún problema; su otra mano, que hasta entonces solo había estado recorriendo sus curvas, se encontraban ahora sujetando fuertemente la piel de sus caderas, apretandola. El resto de su cuerpo se encontraba entre sus piernas, regalandole un frenesí de placer que no había recibido desde el comienzo de aquel tendioso viaje.

La anchura de su cuerpo permitía que ella mantuviera sus piernas abiertas, sin problema alguno, permitiéndole a él envestirla con comodidad, golpeando cada parte de su interior. Mientras tanto, sus labios acariciaban la oreja de la más baja, soltando jadeos y gruñidos al ritmo de sus embestidas, susurrando su nombre con frecuencia.

— _______....— sus embestidas seguían, ninguno de los dos parecía dar señales de cansancio.

La habitación se llenó de los sonidos lascivos de sus pieles chocar, gemidos y jadeos, gruñidos ahogados. Él no tardó mucho en comenzar a plantar besos en su cuello, dejando algunas marcas en este.

— ¡Joder!— gritó ella, sintiendo como el miembro del contrario se hundía con más profundidad, haciendo sus embestidas aún más rápidas.

Ambos no tardaron en llegar al clímax, siendo él el primero en llegar al orgasmo, su cuerpo se desplomó sobre el de la menor, las respiraciones de ambos estaban agitadas y el sudor recorría sus pieles.

Horas antes.

— Esto es realmente aburrido.— dijo la azabache, dándole otro trago a su cóctel, mientras Sakura la observaba como si tuviera un tercer ojo en la frente.

— Estamos en un resort.— dijo la rubia, la asesina solo se encogió de hombros.

Después de haber obtenido las muestras de sangre necesarias, su misión en aquel lugar se había cumplido con éxito, ya no tenía razón alguna para simular divertirse o querer estar allí. Cuando Sakura observó a su mejor amiga hacer aquello, suspiró y simplemente se limitó a salir de la habitación, dispuesta a disfrutar de un buen masaje.

Aunque aquella sería, básicamente, su última noche en aquel lugar, ella no podía evitar sentirse demasiado aburrida. Todas sus misiones eran en Musutafu, razón por la cual no tenía muchas cosas que hacer aquel día.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛʀᴇꜱꜱ [ ʙɴʜᴀ +21 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora