Capítulo siete. ***
La sala quedó en un silencio semental, mis ojos se abrieron como platos, igual que los del señor Quiroga y Uriel, nadie podía creer lo que Azrael acababa de decir. ¿Acaso está loco? ¿Qué carajos quieres hacer con eso Azrael?
— ¿Q-qué? — solté en un pequeñísimo gemido de auxilio, no podía creer la barbaridad que había escuchado.
— ¿Eso es verdad?
El señor Ezequiel volvió su mirada hacia mí. Nuevamente me sentí atrapada.
— Ah... — mis palabras se negaban a salir.
— Claro que sí — Azrael afirmó poniéndose a mi lado.
Su mano se estiró detrás de mí y terminó abrazándome por la espalda, mi mirada se encontró con la suya e hice una mueca de furia.
— Y lo mejor de todo es que me tiene en su fondo de pantalla y es tan tierna que incluso escribe notitas de mí ¿verdad? Muéstraselos.
Nuevamente esa sonrisa de superioridad.
Me quedé muda y tragué grueso, era obvio que no se me había cruzado por la cabeza cambiar mi fondo de pantalla, ni borrar las estúpidas notas acerca de Uriel, se me caería la cara de vergüenza exponer ahí mismo mi obsesión por él... no tenía idea de que hacer. Pero él lo notó enseguida y continuó.
— Oh... es que es algo tímida. — su mirada volvió hacia su padre y hermano.
— ¿Eso es cierto? — preguntó esta vez Uriel mirándome asombrado.
— P-pues...
— ¡Que sí! — afirmó Azrael.
— Se lo pregunté a ella —hablo con un gesto serio Uriel mirando a su hermano — ¿Eres su novia? — volvió su mirada a mí.
Azrael hizo una pequeña carraspera y se acercó disimuladamente a mi oído.
— Me debes un peque favor ¿Cierto? — susurró en un tono que solo yo podía oír.
Mierda.
Di una gran bocanada de aire antes de hablar y condenarme — sí... soy su novia.
La cara de Uriel no era para nada de lo que me esperaba, sus ojos se iluminaron y una gran sonrisa se formó en su rostro. Abrió los brazos de lado a lado y vino rápido hacia mí. Me dejé rodear por él, me abrazó y luego me elevó en el aire.
— ¡Por fin tengo una hermana! — gritó emocionado conmigo en brazos mientras a mí se me iba cualquier poca esperanza que tenía con él.
Adiós... mi pequeña obsesión.
— Ya bájala — gruñó Azrael cruzado de brazos.
— ¡No! ¡Ahora ella es mi hermana!
— ¡Bájala, Uriel!
Sentí las manos de Azrael rodear mi cintura, su cálido roce fue primero gentil y luego me empezó a jalar.
Me sentía como una muñeca de trapo con la que los hermanos Quiroga jugueteaban, ni siquiera sabía cómo reaccionar ante la situación. Quería enojarme, pero no podía, sentir el tacto de Azrael me ponía mal, me sacaba de mi realidad, la electricidad que generaba en mí no era para nada normal, eso me asustaba, había perdido completamente ante Azrael Quiroga y este ni siquiera se esforzaba.
— Bájenla ya. — nuevamente la voz del señor Ezequiel se escuchó dejando en silencio todo.
Uriel me soltó y quedé en manos de Azrael. Me dejó en el suelo con cuidado, pero no quitó su mano de mi cintura provocándome un pequeño cosquilleo.
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Todo Comenzó Con Tu Mirada
Romance¿Alguna vez se han enamorado? Y no, no me refiero al "estoy enamorada del chico más perfecto de la preparatoria" como lo creía yo, me refiero a ese amor que no solo se mete en tú cabeza, sino también en tú corazón, a ese desgraciado amor que aparece...