Capítulo catorce.
- Te juro que si me gustaran las mujeres ya te hubiera dado y no consejos. -Abby exclama mirándome de arriba abajo-
Traía un muy elegante vestido azul que me quedaba muy bien, es de una tela satín que caía al suelo y con un pequeño lazo en la parte trasera que servía como cierre, lo sé, era arriesgado, porque literalmente si ese lazo se desamarraba, el vestido caía. Por supuesto Abby era la autora de esto.
- Creo que es demasiado... -respondo tímida al verme al espejo-
- Claro que no Rachel, te ves increíble, además dijeron que era una fiesta de su padre y créeme, he ido a ese tipo de fiestas. -Abby habla en un tono irónico-
- Es que siento que... -Trato de contradecirla-
- Ya deja de dudar de ti misma maldición. -Abby me regaña mientras termina de maquillarse-
- N-no estoy dudando es solo que... -intento excusarme, pero no me deja terminar-
- Azrael se volverá loco. -Dice con picardía mientras termina de colocarse el labial-
- ¿Tú crees? -mi mente se llena de esos ojos grises por unos segundos y vuelvo a recapacitar- N-no quiero decir... -mis mejillas arder por haberme puesto en evidencia-
Abby suelta una pequeña risa y me mira con ternura- Ay cariño, habiendo hombres tiernos y amorosos. A ti te gusta el indiferente y sarcástico. -bromea divertida-
- Por supuesto que no. -niego mirando mis manos y mordiéndome los labios-
- Rachel, no me mientas... ¿Crees que no he visto cómo te brillan los ojos cuando lo miras? ¿O lo fácil que te sonrojas con él? -Abby se dirige hacia mí y me da una de sus tiernas sonrisas- Te quiero y quiero que seas feliz ¿Vale?, sea con quien sea, y si por alguna razón dejas de serlo, yo estaré ahí para que te apoyes en mí. Solo deja de tener miedo y arriésgate. -me regala una última sonrisa y me abraza-
Tiene razón, toda mi vida siempre he tenido miedo de algo así, de enamorarme, de que me rompan el corazón, pero si no me arriesgo nunca sabré si es lo que quiero, si Azrael vale verdaderamente la pena.
- De acuerdo. -le susurro correspondiendo a su abrazo-
***
- Debiste dejar que yo te lleve. -murmuró Abby para mí-
- Azrael insistió. -le respondo de la misma manera-
Los hermanos Quiroga habían hecho su aparición en una camioneta negra cerrada, maldición, era una GMC, esa camioneta cuesta más que toda mi casa.
Azrael estaba apoyado de espaldas en ella con esa sonrisa arrogante que me empezaba a volver loca. Comenzó a caminar hacia mí ni bien me vio, y todo pasó en cámara lenta. Traía una camisa azul con puntos blancos y con una pequeña abertura en su pecho que me hacía desear ver más, encima un conjunto de saco y pantalón negro, se ajustaban a su cuerpo tan bien, no de manera exagerada, ni sutil, sino que era a la perfección, Azrael Quiroga es el sinónimo de perfección.
Se me hizo agua la boca.
- Joder, Uriel si sabe vestirse. -Chilló Abby a mi lado-
Extendí un poco la mirada y noté a Uriel viniendo detrás de Azrael. Traía un conjunto beige que combinaba con el caramelo de sus ojos y una camisa negra debajo. Quisiera decir que me provoco el mismo efecto que su hermano, pero no, mis ojos se volvieron a perder por todo el ángel caído que se acaba de para frente a mí.
ESTÁS LEYENDO
Todo Comenzó Con Tu Mirada
Romance¿Alguna vez se han enamorado? Y no, no me refiero al "estoy enamorada del chico más perfecto de la preparatoria" como lo creía yo, me refiero a ese amor que no solo se mete en tú cabeza, sino también en tú corazón, a ese desgraciado amor que aparece...