capítulo 16

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Diana:

Han pasado cerca de dos meses y sigo sin tener noticias de Derek , estoy muy preocupada por él porque no sé exactamente qué es lo que está pasando y porque no he podido localizarlo.  A veces, siento dentro de mí pecho un leve pinchazo al pensar de que a él  le haya podido ocurrir algo malo.

En estos meses he estado practicando con mi hermano  unos nuevos movimientos, aprendí usar una arma con Juan, sobretodo me he puesto fuerte.
Me estoy mirando en el espejo recordando la chica que era y la que soy. Ahora mismo,  observo a esa chica que era  antes,  débil, tonta y ahora soy otra Diana más segura de  misma donde me  juré  que nadie me hará daño.
Para dar un giro a mi vida comencé por hacerme un corte el pelo, me lo teñí de rojo porque quería cambiar un poco mi look.
En este instante mi móvil suena,  veo  un mensaje  de mi padre  diciéndome que quiere verme en un bar porque quiere hablar conmigo, me pregunto que querrá esta vez.
Me pongo un vaquero ,una camisa, unos botines y una chaqueta la cual me coloco muy bien antes de salir para ver a mi padre.

En un principio no quiero ir a verlo, pero si quiero demostrarme que en verdad no soy la antigua débil debo de armarme de valor y caminar con paso firme hasta llegar al lugar.

Antes de pasar decido mandarle un mensaje a Yeray por si acaso mi padre quisiera hacerme algo malo. Desconfiada voy a entrar cuando veo aparecer de la nada a Kiko.
Ruedo mis ojos al verlo con su habitual sonrisa de idiota y más cuando se apoya en el umbral de la puerta en actitud de presumido.

—Vaya Diana estás muy hermosa. De hecho te queda muy bien tú color de pelo.

—Kiko, no tengo ni tiempo ni ganas de hablar contigo. Si no te importa, déjame entrar.

— Espera un momento. Antes de que entres yo he hablado con tu padre. Sabes que te quiero y no voy a permitir que estés con Derek.

— Lo que haga con mi vida no te importa. Además, tú para mí estás más que olvidado, y jamás me casaré contigo. Jamás. ¿Lo has entendido?

— No. Porque vas a hacer lo que yo quiera, si quieres que Derek siga vivo. — Me quedo en shock al escuchar de los labios de este desgraciado pronunciar algo así.

— ¿Dónde está Derek? Responde maldito desgraciado. — Estoy fuera de control, agarro a Kiko por la solapa de su chaqueta zarandeando repetidas veces para que me dé alguna respuesta. A lo que él solo se echa a reír a carcajadas.

Rabiosa le doy una patada en su pierna y un puñetazo en su estómago.
Salgo corriendo evitando que mi padre me dé alcance, pero no llego muy lejos.
Uno de sus hombres me ha agarrado tirándome al suelo.
En ese momento veo unos zapatos marrones llegando a escuchar la voz de mi padre.
El hombre me alza como si no pesara nada.
Miro a mi padre con rabia exigiendo que me diga dónde está Derek.
Mis lágrimas están a punto de salir, pero no. No soy débil, dentro de mis posibilidades me deshago del hombre aunque mis fuerzas no me dan para mucho y es mi padre quien me sujeta con firmeza obligándome a subir a un furgón pintado de negro.
Trato de deshacerme de ellos, grito arrastrándome por el suelo, cuando de pronto siento que soy empujada por ellos para entrar a la furgoneta cuando  aparece mi hermano poniéndose delante de mí para defenderme.
Mi padre y mi hermano se desafían con la mirada,. Intercambian algunas palabras y cuando Yeray me va ayudar a levantarme para irnos es golpeado por detrás dejándolo inconsciente.
Amargamente lloro al lado de mi hermano intentando despertarlo.

Ya dentro del furgón siento miedo y mi hermano sigue inconsciente.
Pasado un buen rato al fin Yeray abre sus ojos. Su cabeza le duele, lo reviso y no tiene sangre. Lo abrazo feliz porque esté bien a su vez le cuento todo lo que sé.
Yeray y yo llegamos a la conclusión de que tanto mi padre como Kiko saben dónde se encuentra Derek.
La idea de pensar que le hayan podido hacer algo me quema por dentro.

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