capitulo 5

87 15 11
                                    

Diana:
Es mi segundo día trabajando bajo las órdenes del señor Rocha. En ocasiones, me siento vulnerable incluso hasta torpe.
Trato de centrarme en mi trabajo, algo que me resulta imposible teniéndole tan cerca de mí.
Su cercanía provoca en mí sacudidas en mi estómago hasta llego a imaginarme cosas que nunca he creado en mí mente.
Sus dedos tocan ligeramente mi barbilla, en ese momento noto una oleada de calor recorrer todo mi cuerpo llegando a estremecerme con su tacto, no sé si es su manera de mirarme, aquella que me va acabar por hechizarme algún día y más con lo guapísimo que es , lo sé, voy a perder el control, demonios qué me pasa, voy a casarme con Kiko no debo pensar en mí jefe.
Cada vez que lo miro ,creo haber visto esos mismos ojos antes, incluso me recuerda a los de Derek tan azules como el mar .
Pero me siento tan confundida por no poder recordar ni su rostro, debido al paso al paso de los años y tengo un problema al recordar el rostro de las personas .
Nada más llegar al área donde trabajo , habló con mis compañeros para comenzar con el proyecto me pongo delante de mi ordenador empezando lo que será otro día más haciendo lo que me gusta, y todo, lejos del jefe.
En ese mismo momento me avisan para ir hasta la oficina del jefe ¿Porqué yo? ,la boca la tengo seca recordar lo sucedido ayer hace de perder seguridad en mi.
Pero no ,no estoy dispuesta a permitirle coquetear conmigo , tocó la puerta de su oficina dentro se encuentra él sin camisa y arremangado .Perfecto , ahora sí que estoy en la boca del lobo y yo soy Caperucita.
Tomo asiento en mi escritorio enciendo el portátil y comienzo a trabajar, o eso creo.
Trato de centrarme en lo que estoy haciendo evitando echarle un vistazo a mi jefe. Cruzamos algunas miradas, creo que hace demasiado calor o soy yo y más cuando la expresión de sus ojos me desarman.

-Señor Rocha, ¿porqué me miras de ese modo tan amable?-Comienza a reirse mientras él me observa enseguida me pongo un poco nerviosa.

-Señorita Durán, no la miro de manera rara, es mi forma de ser y mejor me conozcas tratarnos como amigos-No puedo apartar mi mirada de él.

-No va poder ser porqué usted es mi superior -se levanta de su asiento y se pone en enfrente de mí desde su altura noto como sus ojos azules me taladran haciendo que hasta mis piernas tiemblen, me siento confundida, lo primero que se me ocurre es disculparme para ir al baño. Salgo corriendo sofocada buscando el baño. Dentro, me lavo la cara con agua fría, intento bajar la temperatura de mis mejillas ardiendo. ¡Qué tonta soy! ¿Qué me está pasando? No, será una alucinación, yo quiero a Kiko, él es el único hombre de mi vida. Pero, el señor Rocha tiene algo que me hace de sentirme de otra manera. Cierro mis ojos retrocediendo en el pasado, donde me topé en el hospital con unos oceánicos luceros. Abro los ojos mirando al espejo. Derek. Suspiro recordándole de nuevo. Maldigo para mí misma dándome pequeños golpes en mi frente. Él no quiso saber nada de mi, Derek fue pasado. Este es mi presente. Miro el anillo de compromiso. Sin duda alguna, quiero a Kiko. Y aunque mi jefe sea muy guapo no voy a caer en un red donde ponga en peligro la relación de años con mi prometido. Tendré trato de él cordial, ¿Amigos? ¿Para qué quiero ser amiga de él? Debo de seguir con mi trabajo y eso es lo que pienso hacer. Poner distancias y hacerle entender a ese don Juan que ha ido a dar con la horma de su zapato.

Vuelvo a mí lugar de trabajo pensando en el señor Rocha y lo que acaba de suceder , entonces comienzo a trabajar hasta la hora de irme. Decido a buscar a mi bello novio en su trabajo.
Recojo mi bolso rezando para que el señor Rocha no salga de su despacho, no me gustaría también terminar mi día viéndole.
Al salir de la empresa me monto en mi coche y conduzco hacia a el restaurante de Kiko.

Nada más llegar al restaurante busco a Kiko, me siento en la barra para hablar un rato con él, pero veo que está atendiendo a las personas supongo está muy ocupado y no podrá atenderme, lo mejor le mando un mensaje a Perla para saber si le apetece cenar ya que estaré sola en casa.

DESEO ALCANZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora