-35-

111 16 6
                                    


—Isabela—

Había una sola cosa qué tenía bastante clara y presente en cuánto a mi relación con Julio, una definición, una sola palabra, un solo significado: inesperado.

Así es; en un principio me fue difícil, pero con el pasar del tiempo me acostumbré bastante, pero esto sobrepasaba lo inesperado o sorpresivo, esto iba mucho más allá del significado de esas dos palabras.

"Entonces... ¿Te casarías conmigo, Isabela?"

Esa pregunta...

Era ridículo, si, pero no dejaba de rodar por mí mente, y terminó en desconectarme de... bueno, el mundo entero.

Con ello, la reacción física no quedó atrás.

Al cabo de unos segundos, mis ojos humedecidos ante sus palabras y mi boca, al segundo en qué mi cerebro procesó todo eso, se abrieron en sorpresa.

Y aún así: mi mente no parecía dar respuesta alguna.

La respuesta no era nada más qué nada menos: estoy en blanco.

No quería estarlo, sabía mi respuesta, pero siquiera podía articular una palabra, estaba postrada en la ventana, aún perpleja por lo qué se suponía acababa de pasar.

Quería moverme, pero tampoco tenía opción, lo único qué sentía, aparte de mi corazón martillando cómo loco dentro de mi pecho, eran las lágrimas caer una a una sobre mis mejillas.

Mi mirada se dijo en él:

Estaba allí, sobre el suelo, arrodillado ante mí con un anillo entre sus manos, quiénes sostenían la caja con él dentro; y al contrario, yo estaba allí, haciendo básicamente: nada.

Intentaba mentalizarme, procesarlo, para así poder dar una respuesta; me repetía una y otra vez qué debía tranquilizarme, pero... las palabras no abandonaban mi boca.

En mi mente me repetía una y otra vez que debía tranquilizarme, pero aún así... las palabras no salían de mi garganta.

—Julio—-

Mi corazón no paraba de latir, ansioso por una respuesta, por un sí. A pesar del manojo de nervios qué era mi persona ahora mismo, confiaba en qué aquella sería la respuesta, aunque, ante la larga espera, aquella seguridad iba disminuyendo.

Su vista se mantenía perdida, no hacía nada y mucho menos emitía algún sonido.

"El temor al rechazo carcomiendo por dentro."

Dudé; mi ceño se frunció ligeramente al igual qué mis labios, sentía cierta inquietud, quería retorcer mis manos o... algo, pero debía mantener aquella posición, pero no pareciera qué fuera a obtener una respuesta demasiado pronto.

—¿Isabela...? — le llamé, intentando obtener su atención, algo, cualquier cosa, aunque sea una nueva, pero nada.

Parecía no estar siquiera aquí presente.

"Las esperanzas desvaneciendo."

Vacío, perdición, algo sin respuesta existente: su mirada.

Nervios, intriga, desesperación: todo yo.

—No tienes qué... responder ahora si no quieres eh. —dije, desviando la mirada entre un carraspeo, comenzando a incomodarme.

—Yo... —intervino ella, aún parecía pérdida, pero continuó; sus ojos cristalinos y sus murmullos inseguros e idos.

—Yo... y-yo... no. —sentenció.

Sentí la presión del nudo formándose en mi garganta, y fue justo ahí cuándo aquella pequeña pero linda ilusión de felicidad qué tenía junto a ella, se derrumbó.

"Ella te ama cómo no tienes idea, Julio."

Y en verdad lo hacía, sabía qué sí, ella me amaba.

Aunque no lo suficiente cómo para jugarse todo lo qué yo por ella.

CONTINUARÁ...

—Cap editado— 530 palabras.

┌ 𝑴𝒊 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅: 𝒆𝒔 𝒆𝒍𝒍𝒂. ❞ ➦𝐈𝐬𝐮𝐥𝐢𝐨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora