¿Se saben el refrán de de tal palo tal astilla cierto? Bien, téngalo muy presente porque en ésta historia la bendita descendencia de Abi Miller y Max Stone han venido a arrasar con todo lo que se les presente.
Ellas, Winter Stone y Summer Stone, est...
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Invierno al habla
—¿Sí entendieron?—oígo de fondo.
—¡LLEGÓ NUESTRO MOMENTO!—veo a mi hermana eufórica, gritando frente a mí.
Estamos a punto de dar un concierto, por ser las mejores teloneras que Katy Perry ha tenido en su vida.
—¡VAMOS A PETARLO HERMANA!—le gritó eufórica igual.
—Ama acá está el agua templada que pidió.—aparece mi esclavo, Brunito White.
Agarro la botella, bebo un poco de ella y la escupo en su cara.
—Cuando aprendas a diferenciar entre templado y caliente, conseguirás algo digno en la vida.—él me abraza llorando.
—Lo siento ama, nunca seré tan genial como eres tú.
Acaricio su cabeza como una cobaya en apuros.
—Lo sé, naciste para ser esclavo.—se aparta de mi y desaparece entre las personas.
—Mi esclavo se durmió hace una hora, cuando se despierte verá la pequeña notita de "estás despedido e iras a una isla desierta a enamorarte de un balón"—comenta mi hermana de Brandon.
—Te dije que era muy dormilon, debes saber escoger bien a los esclavos.
—¡CHICAS DIOSAS PODEROSAS!—corre Katy hacia nosotras.—¡DAISY! ¡EL ESCLAVO BRANDON ROBÓ A MI BEBÉ!
Mi hermana y yo asentimos, conectando nuestras miradas y en breves minutos estamos vestidas de superheroínas, en una transformación mágica como la de las winx.
—No temas Katy, Daisy volverá a tus brazos y Brandon irá al mismísimo limbo.—asegura Summer.—ahora canta por nosotras y dile al público qué volveremos....
—¡WINTER!—un grito hace que me sobresalte, y despegue mi cara de la mesa, quedando un un folio pegado a mi mejilla izquierda.
—¡VOLVEREMOS!—grito obteniendo las miradas extrañadas de todos mis compañeros.
Proceso poco a poco la información, hasta que caigo en la cuenta que no soy telonera de Katy Perry, no soy una chica con poderes ultra-poderosa y Bruno no es mi esclavo, rayos.
—¿Se enteró de algo jovencita?—cuestiona el profesor.
—Me quedé en buenos días clase.—ser sincera a veces puede dañar los corazones de las personas, en este caso el de mi profesor de ciencias.
—Hará un trabajo con un compañero de la otra clase, para la exposición cultural de este fin de semana.—explica con esas manos arrugadas subiendo constantemente sus redondas gafas.—vaya a mirar al tablón con quién le tocó al terminar la clase.
