Capítulo 9 "Zoo parte 2"

955 83 13
                                    

Winter

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Winter

Y UNA MIERDA.

La que no tenía sentido de la orientación era yo.

MIERDA.

Ahora me encuentro entre la zona de las adorables ardillas y un puesto de algodón de azúcar.

Y estoy comprándolo, sí.

¿Pérdida y con el estómago vacío? No es mi estilo.

Me siento en el pollete de la zona de las ardillas devorando mi deliciosa nube rosa.

—No te pienso dar.—le digo a una ardilla adorable que chistorrea sus diminutos dientes.—es m-í-o.

—¿Por qué estás hablando con una ardilla?—la voz de Bruno llega a mis oídos.

—La muy adorable quiere mi nube rosa.—pongo una mano al lado de mi boca para que no me oiga.—y se piensa que se la voy a dar, ts.

—¿Qué haces aquí Winter?—cuestiona.

—Como, obvio.

—¿Te has perdido?—se recuesta sobre un árbol de brazos cruzados.

—Puede que sí, puede que no.—como otro trozo de algodón.

Entonces todo pasa demasiado rápido. La ardilla me quita el algodón de azúcar y yo me adentro en su zona para recuperar lo que es mío.

Ésta me muerde cuando trato de quitarle el algodón y Bruno me llama para que nos vayamos rápido de allí, pero cuando me giro diciéndole a la ardilla que esto no quedará así miles de bellotas comienzan a aterrizar en craneo y caigo al suelo.

—Oh venga ya.—se queja Bruno.

Corre a por mi, agarra mi mano con fuerza para levantarme y salir corriendo de allí.

Pero cuando todo parece ir genial, un señor gordo, negro, comiendo donuts y lo que parece ser el señor de seguridad nos frena con su mirada intimidante.

—Alvin y sus hermanos si eran buenas ardillas.—le comento al señor.

—Hace años conocí a tu madre.—musita él.—ha dado a luz a una mini Abi.

—¿Qué?—cuestionamos Bruno y yo a la vez.

—Al calabozo chicos.—nos hace una seña con su donut para que caminemos por la derecha.

Y tras varias "charlas conflictivas" de Bruno y mías con el señor del donut, nos encontramos en el calabozo, ambos en celdas distintas pero que nos podemos seguir viendo por las rejas.

—Sabría que tarde o temprano mi belleza me traería estos problemas.—pego un suspiro y Bruno me mira enfurecido.

—¿Tu belleza? ¿¡TU BELLEZA!?.—se me aproxima agitando las rejas.—¡Por culpa de que has decidido perderte y hacer una parada para comer nube rosa con una ardilla ahora estamos en serios problemas!

Las mellizas de Abi Stone ® | Terminada ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora