Dancin In The Rain

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Yuta estaba seguro que Sicheng terminaría con él.

La idea le robaba la atención durante el día, le hacía pesar el cuerpo y le hacía doler el corazón, pero tampoco quería seguir viviendo en su propia mentira.

Se habían conocido durante la universidad, Yuta iba a la mitad de la carrera cuando conoció al chino dos años menor a él. Desde el primer momento sintió una extraña conexión con Dong, pensando en que quizá realmente podía llegar a ser buen amigo del menor.

Le había costado demasiado a Nakamoto aceptar que le gustaba su mejor amigo.

Pero tras armarse de valor y declarar sus fuertes sentimientos que iban mucho más allá que una simple amistad, se dio cuenta que aquel dicho tenía demasiada razón en diferentes situaciones de la vida; el que no arriesga no gana. Yuta sintió que le quitaron un enorme peso de encima cuando, después de balbucear un par de incoherencias y lograr decirle a Sicheng lo mucho que le gustaba, el chino rio y sonrió con un ligero sonrojo que se iba incrementando con cada segundo que iba corriendo entre ambos. Dong Sicheng desde ese momento supo que no era el único que sentía cosas diferentes hacia su mejor amigo y aquello simplemente le animó a luchar por eso que podía convertirse en el amor más puro y sincero.

Y difícil también.

Yuta había terminado la universidad un año después de comenzar una secreta relación con el chino, ambos estando de acuerdo que era buena idea mantenerse ocultos de los demás para evitarse problemas.

Ambos sabían lo difícil que seguía siendo el salir del clóset.

Al principio lo sabían manejar bien, fue así durante dos años enteros, pero cuando Sicheng obtuvo su título universitario, sus padres le pidieron que regresara a China y buscara un empleo en Pekín para que se mantuviera cerca de la familia. En ese momento tuvo que aceptar que era momento de llevar su relación un paso más adelante. Tenía miedo por lo que su novio pudiera decir o por la manera en que reaccionara, pero Yuta trató de entenderlo de inmediato y aceptó que aquel era el momento ideal para dejar de esconderse entre las sombras de su profundo amor.

Para la familia de ambos fue un poco difícil el entenderlo y aceptarlo, pero al final prefirieron no meterse en la vida de ninguno de los dos y dejaron que siguieran viviendo su fantasía de amor perfecto que incluso, con el paso de los años y del tiempo, seguía sin ser del todo desechada. Después el contarle aquello a sus amigos más cercanos fue mucho más fácil, siendo que la gran mayoría ya lo sabía sin necesidad de que ambos lo aceptaran en voz alta. Las miradas los delataba, había dicho alguno de sus amigos más cercanos. La manera en que se sonríen no es propio de dos simples amigos, habían seguido diciendo.

Ambos se amaban con cada latido de su corazón, era algo que no podían negar, evitar o rechazar. Sentían que habían nacido para estar juntos, para pasar las noches durmiendo en la misma cama, comer juntos su desayuno favorito y disfrutar de la montaña rusa en la que la vida se convertía.

Y si todo era así...

¿Qué había pasado?

Yuta lo sabía bien, pero intentaba ignorarlo y seguir adelante con su vida aunque todo estuviera de cabeza y como un inicio sin fin. O un fin sin inicio, ya ninguno de los dos lo sabía con exactitud.

Fue cuando el japonés logró conseguir el trabajo de su vida que todo comenzó a ponerse tenso en casa. El japonés tenía que trabajar durante todo el día; salir temprano de casa y regresar cuando el chino ya se encontraba durmiendo después de esperar al mayor para cenar. Yuta al inicio se obligaba a pensar que Sicheng tenía que entender su situación, ponerse en sus zapatos y comprender que lo hacía para que ambos tuvieran en el futuro una vida mejor; una casa propia; pagar las facturas y las deudas en el banco que habían conseguido tras querer amueblar el departamento que compartían desde que habían aceptado ser novios ante todos. Quería creer que Sicheng podía entenderlo a la perfección y claro que el chino lo intentaba lo más que podía, pero había llegado a un punto que le aterraba. Su comunicación con el japonés era casi nula, inexistente porque las pocas veces que se llegaban a ver durante el día solamente las utilizaban para discutir o pelear sobre cómo estaban llevando las cosas entre ambos.

ONE SHOTS: yuwin ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora