After Midnight: capítulo uno.

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✨M-preg✨

Sabía que su jefe lo castigaría si se llegaba a enterar que había vuelto a escapar, pero aquello era algo que Yuta no podía evitar. Adoraba su hogar, el lugar en donde vivía y trabajaba para su eterno amo, pero también era un gran admirador de las calles vacías y las luces de los faroles que no había en donde tenía que pasar su vida entera.

Había prometido no volver a escapar de su amo, no aprovecharse de los profundos sueños que tomaba cuando ya no había tanto trabajo que hacer o confiando en que sus discípulos harían lo necesario para dejarlo descansar porque claro, ser una divinidad era un trabajo de tiempo completo bastante agotador.

En su defensa diría que justo en esos momentos su corazón se sentía inquieto, su brújula lo guiaba por las inmensas calles desiertas y no le permitía cambiar de dirección, no entendía lo que pasaba, tampoco quería cuestionarlo demasiado. Siempre era una aventura única el visitar el mundo de los mortales.

Caminaba por el centro de la carretera, logró identificar que pisaba el puente Banpo, una estructura de dos pisos que usaban como puente vehicular para conectar dos de las provincias de aquel lugar. Hubiera sido aún más interesante si en vez de estar visitando ese lugar después de la media noche el sol estuviera en su mayor esplendor y el ruido de los autos fuera lo más audible en vez de aquel silencio sepulcral.

—Julian, ¿qué hacemos aquí? —preguntó en voz baja. De inmediato sintió su estómago removerse. Su longevidad apareció al filo de su hombro izquierdo.

—Me gustaría saberlo también —respondió aquel pequeño espíritu que lo acompañaba a todo lugar y en todo momento.

—Pensé que siempre tenías la respuesta para todo.

—Bueno, los años me han regalado una sabiduría y un conocimiento por demás de extenso, pero no por eso significa que logre entender al ángel más rebelde que el amo haya tenido que instruir desde el inicio de los tiempos de la tierra.

Yuta rio al escuchar aquello. Era cierto que era alguien rebelde, alguien que muchas de las veces olvidaba que había reglas que acatar y cumplir. Azrael —su amo y señor— lo había encontrado en Osaka, Japón a inicio de los años 30, siendo víctima de una enfermedad respiratoria que le robaba cada atisbo de oxígeno que intentaba rescatar para no morir asfixiado. No le gustaba recordar mucho sobre su vida antes de la muerte, pero sabía que jamás sería capaz de olvidar esa tarde donde el ángel de la muerte lo había encontrado y lo había salvado. Le había quitado la enfermedad con una simple caricia sobre su rostro, le sonrió como si fuera un padre a punto de mandar a dormir a su hijo más pequeño. Yuta siempre estaría agradecido con aquel hombre por aceptarlo en su reinado, dejándolo vivir bajo su mismo techo y enseñándole todo el arte del cuidado de las almas después de que el cuerpo falleciera y el lograr guiarlas hasta el cielo o el infierno. Yuta se había convertido en el ángel más joven, ese que no fue aceptado en un inicio, pero que con el tiempo se logró ganar la confianza de todos los demás, incluso de Julian, esa deidad que renació por una extensión de su pulmón izquierdo, por eso siempre aparecía sobre su lado izquierdo.

—Él le pidió que no volviera —siguió hablando ese atisbo de luz que le hacía compañía.

—Me dijo que no lo hiciera sino se trataba de una necesidad. Mi brújula me obligó a salir de casa y venir hasta aquí.

Escuchó el bufido de Julian que después desapareció, dejándolo de nuevo solo y a la deriva en su búsqueda por aquello que lo llamaba con tanta desesperación.

Empezaba a llegar a la mitad del puente, pero mientras daba más y más pasos hacia adelante, más se convencía de que no había nada interesante en aquel lugar, incluso no había visto un solo automóvil pasar por esa carretera. Estuvo a punto de llamar a Julian y pedirle que lo llevara de regreso a casa antes de que alguien se diera cuenta de su ausencia, pero... En ese momento entendió el malestar en su corazón, la desesperación sobre su cuerpo.

ONE SHOTS: yuwin ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora