¡Hola! Es importante que leas la parte uno primero. 🌹❤️
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En la Neo School el festejar a los alumnos era una tradición que no podía dejarse pasar por nada. El día del estudiante era tan importante para todos que la mesa directiva había aceptado en que el festejo durara una semana entera, siete días en donde todos los estudiantes podían disfrutar de las actividades recreativas, de los talleres y el baile que se hacía el último día de celebración.
Y como cada año consecutivo, el festejo por el día del estudiante debía tener una temática y por ese año el consejo estudiantil había elegido los años 90 como el tema principal para toda esa semana, siete días en donde cada estudiante debía caracterizarse con ropas parecidas a las de aquella época. La ropa de colores brillantes y los estampados llamativos debían ser la sensación, la mezclilla también debía ser un invitado especial.
Yuta se encontraba sentado en la mesa de la cafetería que siempre usaba con sus demás amigos, todos a su alrededor parloteaban sin parar sobre un montón de cosas que no le estaban interesando lo suficiente, su mente estaba ocupada en diferentes asuntos. No podía dejar de pensar en lo que había escuchado de aquella chica que se paseó por todos los salones para explicar la dinámica del baile que se llevaría a cabo ese viernes.
—La temática final para el baile ha sido escogida; el amor de los 90 reinará durante la semana entera hasta el día de nuestra fiesta. Cada persona deberá pensar en alguien para invitar al baile, pero no podrá hacerlo con la típica y aburrida pregunta de «¿quieres ir conmigo al baile?» ¡Este año deberán ser más detallistas! Deberán descubrir esas viejas técnicas de conquista que usaban nuestros padres para conseguir una cita; las cartas hechas a mano reemplazarán los mensajes de texto y los teléfonos celulares deberán dejar de ser una extensión de nuestro brazo.
Aquella chica había sido clara y acertada, pero Yuta no pensaba que nadie tomara todo aquello demasiado en serio.
—Es obvio que Yuta llevará a Sicheng.
El japonés frunció el ceño al escuchar aquello.
—¿Disculpa? —habló fingiendo molestia— Yo no llevaré a nadie a ningún lugar...
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