Dos meses despuésNarra Airun
Contuve la respiración.
Airun, quieta.
No se te ocurra moverte.Con cuidado extremo, saqué mi móvil del bolsillo y puse la cámara.
Enfoqué cómo pude a aquellas seis personas con máscaras y símbolos.
Clic! Hice una foto.
Clic! Hice otra.
Clic! La tercera fue la que mejor me salió.
Clic! Tuve mala suerte.
Sonó demasiado fuerte.
Me vieron.Rain se habría largado pitando, pero yo ya estaba cansada de quedarme parada.
Me di cuenta de que Úrsula me habría ayudado mucho en ese momento, ella odiaba ser cobarde.Salí despacio de donde estaba, hasta quedar frente a ellos.
Seis contra uno.
No pintaba demasiado bien.-Mirra lo que tenemos aquí! -Por la voz, supe que ese era un chico no mucho más mayor que yo, pero que no conocía.
-Sí! Eso! Una niñita. -
-Ja. No soy una niñita. Y sabes por qué? Porque entonces sería como tú.
-Mira por donde! Si es una bebe graciosa.
-Tengo a quien parecerme.
Era una indirecta muy directa.
Uno de ellos vino corriendo hacia mí, y me pegó una patada en el vientre que me cortó la respiración.
No podía coger aire.
Le pegué un puñetazo en la sien al que tenía más cerca, y con un ágil movimiento, lo até con el cordón de su sudadera a un árbol.
Me estaba ahogando.
Até a tres más.
Pero por desgracia seguían quedando dos.
Siendo francos, los dos más fuertes. Se acercaron a la vez, y me tiraron al suelo con un palo enorme.
No podía levantarme.
Jamás había sangrado tanto.
Tenía el labio roto, la nariz también, ambos ojos morados, las mejillas llenas de tajos de palos de metal afilados que tenían, una brecha que me atravesaba toda la frente, y eso solo en la cara.
Aprovecharon que no me podía mover para pegarme más.
Una y otra vez.
Me intenté incorporar con las pocas fuerzas que me quedaban.
Lo hacía por Nei.
No era la persona que mejor me caía (precisamente) pero la había pasado algo injustamente.
Se la habían llevado sin dar la cara, cuando nadie estábamos con ella.
Cobardes.
Además, a mi prima le parecía una persona muy simpática y al resto no he preguntado.
Me apoyé en un árbol, pero ya no aguantaba más la respiración.
Milagrosamente, me dieron una patada en la espalda.
En cualquier otra circunstancia me habría cabreado bastante, pero hizo que me llegara el aire otra vez. Iba a celebrarlo cuando me dieron con una barra de hierro en la cabeza, lo que me tiró al suelo e hizo que perdiera el sentido.
Había sido un golpe letal.
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Que sé kárate de la tele (Cobra kai)
RandomRain Andrews empezará el curso en un Instituto en una ciudad diferente y un poco extraña, a decir verdad. ¿Podrá... seguir adelante?