CAPÍTULO 22

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Narra Rain

Ni Airun ni Rao habían venido al instituto.
Pues anda que no tenemos bajas.
Una capturada, otra en La Casa Blanca, otras dos sin aparecer, y Úrsula y yo, que hacemos?
Pues nada, esperar a que le pase algo a una de las dos para saber cuál es la sobreviviente.
La vi a lo lejos y me acerqué corriendo.
-Ur!
-Hola.
-A dónde ibas?
-A buscar a cierto rubio idiota.
-Por lo de idiota ya sé a cuál de los dos te refieres, pero para que lo quieres?
-Ayer lo vi...
-Sí yo también, en casa de Airun y Rao...
-Déjame terminar.A ver, ya sabes que yo no estudio hasta el último día o a veces ni eso. Pues cómo hoy había examen de inglés y me habían dicho que el examen era muy difícil, pues me puse a estudiar. Vi que el tema nada, que no me entraba. Entonces pues era la una o por ahí, y seguía estudiando. Y le vi correr enfadado gritando algo de "estúpida Smith! Estúpida Smith!" Y hoy no están ninguna de las dos.
-Esperemos un poco.
Entonces vimos una coleta rubia asomar por la clase de matemáticas.
-Rao! Rao!
Fuimos corriendo hacia ella, pero por lo visto no quería estar con nosotras, porque no nos saludó.
Íbamos a preguntarle por qué ambas habían estado desaparecidas cuando nuestra tutora salió y le dijo a Rao:
-Señorita, Smith. Hemos comprobado que es cierto lo que dices, puedes estar en casa el resto del curso. Espero poder verla por aquí antes, pero sé que es una situación complicada.
Ella solo asintió y se dirigió a la salida.
Que me estaba perdiendo?
Si Rao siempre era la que quería estar con todas, nos regañaba cuando se nos pasaba algo, y siempre estaba dispuesta a hablar de cualquier cosa!
La seguimos corriendo hasta la salida y la agarré del brazo, obligándola a detenerse.
-Rao.
Ella solo agachó la mirada.
-Rao, te estoy hablando.
Pero que narices le pasaba!?
Úrsula la levantó la barbilla, obligándola a mirarla a los ojos.
Solo entonces nos dimos cuenta de que tenía los ojos y las mejillas rojas, de tanto llorar, y ojeras, con pinta de no haber pegado ojo en toda la noche.
-Rao, que ha pasado?
-Me tengo que ir.
-No no, tú no te vas a ninguna parte hasta que nos digas por qué estás así.
Las lágrimas volvieron a caer por sus mejillas, y algo dentro de mi se rompió en mil pedazos.
Jamás la había visto llorar.
Jamás.
-Por favor. Debo irme.
La solté y ella se fue corriendo.

Que sé kárate de la tele (Cobra kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora