Los dos días después de su llegada habían sido tranquilos, las hijas menores de los hermanos de Gulf poco a poco iban integrando a Lamai en los juegos sin despegarse de la atenta mirada de Mirian que siempre iba a donde la niña fuera, estando pendiente de sus horas de comida y de limpiarla en caso de que se ensuciara.
En la tarde de su tercer día en la hacienda, Daniels y Tay le ofrecieron a Gulf llevarlo a pasear al río que pasaba por la propiedad, a Mirian no le había gustado la idea así que el pelinegro compadeciendose de ella le dijo que se podía quedar, no hizo falta que se lo dijeran una segunda vez cuando la mujer ya estaba dentro de su habitación.
Gulf conciente de que a pesar de que iban al río igual habían muchos mosquitos fue en busca del repelente y el bloqueador solar a su propia habitación, cuando salió iba tan distraído que no se dio cuenta que había tomado el pasillo equivocado y termino en el que contenía todos los retratos familiares, el cual de niño le daba escalofríos el tan solo ver todas esas personas plasmadas en cuadros los cuales iban desde sus tatarabuelos hasta los miembros actuales de la familia, siempre le daban la sensación de que lo observaban.
Hasta su madre estaba allí a pesar de que nunca llevo el apellido Kanawut, pero igual merecía el honor de estar en ese pasillo porque llevo a uno de sus miembros en su vientre.
-Te pareces a tu madre- se sobresalto al escuchar de repente la voz de su padre.
El solo sonrió y siguió viendo el retrato de su madre el cual había sido hecho a partir de una foto de ella cuando estaba embarazada, el aún conservaba la original en la que Tida Suwanrat mostraba orgullosa su vientre de 8 meses, ese era uno de los pocos recuerdos que tenía de su madre.
-Sabes, nunca te agradecí que lo mandaras hacer y que la colocarás aqui aun cuando Sari se molestó... igual la dejaste aquí- hablo el mientras acariciaba el marco dorado del cuadro.
-¡Bah!, El enojo de Sari no fue algo que no pudiera solucionar- contesto el restándole importancia a la pelea que había tenido en el pasado con su mujer para luego tomar a su hijo de la cintura y preguntarle: -¿Porque no me lo dijiste?... Estoy seguro que te veías igual de hermoso que tu madre.
-¡GULF APÚRATE NO TENEMOS TODO EL DÍA!- Grito Tay desde la planta baja salvandolo de tener que responder y develar que el nunca había estado embarazado y que Lamai era solo su sobrina.
-¿A dónde van?
-Llevaremos a Lamai de excursión al río.
-Trata que no se acerque a la orilla... Aún recuerdo la primera vez que te lleve al río, tiraste a Daniels porque te estaba molestando, tíralo nuevamente por mi ¿Quieres?- dijo Sunan recordando a aquel momento en el que su niño pequeño lanzo al río a un adolescente más grande que el.
-Por su puesto padre, será todo un placer- respondió el pelinegro con una sonrisa pícara recordando también aquella escena, en donde su hermano estuvo casi una semana sin dirigirle la palabra.
Gulf bajo las escaleras antes de que su padre recordara la pregunta que le había hecho y la cual no podían responderle en ese momento, ya en planta baja se fue directo a su niña a la cual le aplicó una gran cantidad de bloqueador solar y repelente para insectos bajo la atenta mirada de sus cuñadas Jenni y Deina que parecían divertidas por lo que hacía, una vez que estuvo satisfecho con su trabajo la dejo ir con las otras cinco niñas las cuales no recordaba sus nombres.
Daniels las subió a todas en el vehículo en que se desplazarían asegurándose que todas llevaban sus cinturón de seguridad en su sitio, ya que no quería ningún problema con los niños, el terreno no era el mejor y podían haber sobresaltos en el camino al río.
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Ya No Somos Solo Dos
Aktuelle LiteraturMew y Gulf Suppasit eran un matrimonio exitoso que habían logrado las metas que se habían propuesto y habían trabajado duro para ello, nada de lo que tenían era regalado o lo obtuvieron fácilmente. Y en esa perfecta vida, llena de lujos, contratos...