Tres días después de año nuevo Sunan le había pedido a Gulf caminar por los alrededores del rancho terminando en las caballerizas donde guardaba a sus caballos pura sangre, el pelinegro recordaba las veces que había entrado allí de la mano de su padre cuando era pequeño listo para montar a su pony, lo había hecho hasta que había cumplido los dieciséis años, esa fue la última vez que pudo montar la yegua que él le había regalado.
-¿Que hacemos aquí?, ¿No esta demasiado frió el día para montar?- pregunto Gulf extrañado de que lo hubiera llevado allí.
-No venimos a montar ningún caballo hijo- le respondió caminando hasta el final de la caballeriza donde estaban dos yeguas descansando y visiblemente embarazadas -Las he inseminado mientras tu no estabas- le señalo los animales.
-¿Que bien?- respondió Gulf no sabiendo que decir, entendía que su padre hablara de esas cosas con sus hermanos pero el no estaba involucrado con nada de lo que pasaba en el rancho.
-Los potrillos que nazcan de ellas serán para Lamai y Alexander- le dijo el hombre contemplando a las yeguas.
-¿Que?
-Yo les he regalado a todos mis nietos un potrillo, creo que es justo que tambien lo haga con los tuyos, nacerán en cuatro meses, espero que vengas para que los niños puedan ponerle sus nombres.
Gulf noto la incomodidad de su padre mientras le hablaba esa era la muestra mas grande de cariño que le había hecho en mucho tiempo, ahora entendía el extraño obsequio que le había dado por navidad, era tradicion en el rancho Kanawut que cada padre enseñara a sus hijos a montar, sus hermanos lo habían hecho con los suyos, ahora le tocaba a el enseñarle a su pequeña y a su pingüinito.
-Te quiero papá- el pelinegro abrazo a su padre con lágrimas en los ojos de verdad estaba muy conmovido con ese regalo.
Se mantuvieron asi por un tiempo, hasta que ambos pudieron controlar las ganas de llorar de felicidad, se aguantaron las lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos, eran demasiado orgullosos como para dejarlas salir en presencia del otro.
-Por favor, solo dile a tus hijos que escojan nombres interesantes, es muy vergonzoso escuchar como llaman a tus caballos pura sangre les dicen piruleta o pastelito- Gulf solo rio por lo que decía Sunan, porque no prometía nada por el lado de Lamai que podía escoger algún nombre como ese.
Las dos semanas para la llegada de su dulce niño habían pasado demasiado lentas para su gusto, Gulf había hablado con Mirian avisándole sobre la llegada de Alexander aumentandole el sueldo porque ahora se ocuparía de dos niños en vez de una, Mary al enterarse de la noticia había ocultado su emocion por volver al niño que le había robado el corazon hace mucho tiempo y prometió hacer las comidas que fueron las favoritas de Alex en su corta estancia en la casa.
Kulap al enterarse de la noticia había llorado de felicidad en los brazos de Mew ya que había visto la tristeza en los ojos de Gulf cuando le contaron la historia del niño; Bosston se había quedado sin palabras al oir la historia de lo que había pasado con Alexander, eran muchos años creyendo que su hermando menor era un hombre frio y que solo le importaba Gulf, siempre había creído que su matrimonio estaba basado en el deseo y el dinero a través del exito de ambos, ahora veía las cosas de distinta forma y muchos otros detalles que había observado empezaban a tomar sentido para él.
Pero aun no podía creer que existia un sobrino que nunca conocio, uno que su propio hermano Thorn había alejado de sus padres por egoísmo, un niño que estaba seguro que era la debilidad de su cuñado y que solo esperaba que no lo lastimara mas de lo que ya estaba, veía la ilusión en los ojos de Gulf al hablar de su pingüinito, pero no podía dejar de pensar que quizás la llegada de ese niño no iba a ser de todo pacífica, después de todo había pasado mucho tiempo alejado y muchas cosas pudieron pasar en eso cuatro años.

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Ya No Somos Solo Dos
Ficção GeralMew y Gulf Suppasit eran un matrimonio exitoso que habían logrado las metas que se habían propuesto y habían trabajado duro para ello, nada de lo que tenían era regalado o lo obtuvieron fácilmente. Y en esa perfecta vida, llena de lujos, contratos...