Ya No Somos Solo Dos

Capitulo 33

Las semanas siguieron pasando, Alexander pronto se había acostumbrado a su rutina, desayunaban juntos todas las mañanas tal como se lo había dicho el pelinegro, se despedía de su hermanita con un abrazo cuando esta se iba en el transporte de colegio, dejaba que el Mew lo abrazara antes de irse al trabajo y no renegaba cuando Gulf lo besaba incontable veces a modo de despedida.

Laila su profesora era simpática y le aseguraba que pronto estaría llendo al colegio con Lamai, estaba aprendiendo muy rápido todo lo que le hacia falta para nivelarse con los niños de su año escolar, a finales de febrero Lamai y Alexander correteaban por toda la casa jugando llenando los espacios con la melodiosa risa infantil de ambos niños, mas de una vez terminaron durmiendo en la sala después de hacer campamentos improvisados con sabanas y almohadas mientras veian alguna película.

Esos dias Mew los aprovechaba para tener un tiempo a solas con su adorado esposo, las ojeras de Gulf al dia siguiente siempre era un claro delator de lo bien que lo habían pasado, ya que sin los niños cerca podían ser un poco mas ruidosos que de costumbre, además de que no corrían el riesgo de que Lamai quisiera dormir con ellos, ya tenia a su hermano para hacerle compañía.

A principios de Marzo Samantha se presento en la casa avisándole a Gulf que harían una reunión familiar por el aniversario de la muerte de Thorn y Kanya, siendo la primera vez que Alexander noto una cara del pelinegro que todavía no había visto, esa mujer era una insensible, tal como Gulf la había llamado antes de correrla de la casa.

-Ella es muy mandona- dijo Alexander recostado de la pared -Se parece a la madrastra de cenicienta.

-¿Por desconsiderada y mandona?- le pregunto Gulf.

-No por lo fea persona que es y por creerse mejor que los demás- respondió haciendo una mueca de querer vomitar.

Cosa que le causo gracia al pelinegro y no pudo evitar reir por las comparaciones de su hijo, que se imaginaba había visto la cenicienta en varias ocasiones por insistencia de Lamai, por que esa era una de sus princesas favoritas después de Mulan y le encantaba repetir esas películas cada vez que tenia oportunidad.

El aniversario de la muerte de Thorn y Kanya había llegado, ese dia Lamai se la pasó llorando, tanto así que habían tenido que llamar a Gulf del colegio porque la niña no se sentía bien, ellos la habían dejado ir porque en la mañana no había presentado ningún indicio de que tuviera algún problema o no quisiera ir, fue por ella y se la llevo al trabajo ya que no quería dejarla sola en la casa con Alexander, que se preocuparía por el estado de su linda hermanita y lo distraería de sus clases particulares.

Cuando llegaron a la empresa ya Pineare estaba esperando con un plato de galletas y malteada de fresas para animar a la dulce niña; hay que mencionar que Gulf se había emocionado cuando su fiel asistente había vuelto al trabajo dos semanas atras, no estaba feliz porque había sido a causa de que su abuelita falleciera pero aun asi le había reclamado el porque lo había hecho contratar al servicial First.

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-Todo el tiempo que estuvo aqui, coqueteo con mi marido, cuando me venía a ver- le había dicho a Pineare en tono de reproche.

-Eso es imposible Gulf- le contesto ella incrédula.

-Claro que si lo hacia frente a mi, se la pasaba riendose con el de cada estúpida cosa que decía, su sonrisita me provocaba querer arrancarle la cabeza.

-Eso no es posible Gulf, First esta en una relación desde hace muchos años con un primo de mi esposo y tienen planes de adoptar un bebé ya que el no puede tener niños, por eso pensé que seria un buen asistente para ti.

Ante esa información el pelinegro se había quedado en shock para luego reir, se hubiera ahorrado muchas escenas de celos si hubiese sabido esa información desde el principio, pero bueno ya no estaba mas en la oficina y no tenia que seguir preocupándose por nada relacionado con Firts en un futuro cercano.