Un Típico Día de la Madre
Esa mañana Lamai despertó temprano y esta vez no era porque su mamá haya ido por ella para despertarla, tampoco era porque su papá estaba haciendo mucho ruido y no la dejaba dormir o porque uno de sus amigos había llegado haciendo escándalo, esta vez no se debía a nada de eso.
Se bajo de la cama y se puso sus pantuflas, eran las mismas que su amando tío Gulfy le había regalado dos años atrás, ya le quedaban pequeñas pero eran las únicas que tenia, se acerco a la puerta y sorprendió porque no tuviera seguro puesto y sonrió cuando pudo salir sin ningún problema, su mamá le decía que la encerraba para que estuviera segura y protegerla, pero aun asi no le gustaba estar encerrada sola en la habitación escuchando todo lo que hacian en la sala del departamento.
Su casa estaba algo sucia, su mamá no era tan limpia como su tia Samantha o su abuela Kulap, y mucho menos tenia el dinero suficiente para pagarle a alguien para que lo hiciera por ella como su tío Gulfy, su mamá simplemente no hacia nada que tuviera que ver con la casa frecuentemente, salio a la sala y alli los encontró estaban durmiendo en el sofá, su papá estaba sin camisa usando solo un short y su mamá estaba con las piernas al descubierto usando una camisa de su papá la cual olía un poco mal, ese olor la hizo arrugar su nariz.
Sin embargo se acerco a su mamá y le toco el hombro para despertarla, ella no se movió, asi que repitió su acción varias veces, esta vez agregando mas fuerza, logrando que por fin su madre hiciera un gesto, solo para acomodarse mejor en el sofá, se suponía que debía dejarlos dormir y no molestarlos esa era una regla de su casa, pero ese dia era muy importante que su mamá despertara.
-¡Mami!, ¡Despierta mami!- le decía mientras intentaba levantarla.
Lamai volvio a obervar como Kanya fruncia el ceño y abría sus ojos lentamente, lo que mas deseaba era que su mama sonriera todas las mañanas al verla, saber que ella era feliz, pero su mama nunca lo hacia, nunca le regalaba una sonrisa a esas horas de la mañana, siempre despertaba de mal humor, sobre todo si tenia que levantarse temprano por su causa.
-¿Tuviste una pesadilla?- pregunto la mujer mientras se terminaba de despertar.
-No mami- le respondió la niña entregándole un dibujo en el que había trabajado toda la tarde anterior -¡Feliz dia mami!, Te quiero mucho- la abrazo a pesar de que no le gustaba el olor de la camisa de su padre.
Kanya la sostuvo a tiempo, antes de que se fuera a subir en ella y levantar a Thorn, lo cual hubiera sido un problema para ellas, ya que al hombre no le gustaba que lo despertarán y si lo hacian se ponía de pero humor que ella.
-Gracias Lamai, es un dibujo muy bonito- le respondió ella poniéndose de pie aunque no entendiera nada de lo que había pintado la pequeña.
-Que bueno que te gusto, lo hice con mucho amor para ti- le dijo feliz la niña con una gran sonrisa.
-Por supuesto que me ha encantado, me lo regalaste tu- le sonrió Kanya para después darle un nuevo abrazo.
En ese momento Lamai no dijo nada al ver los moretones que tenia su mami en los brazos, tampoco le menciono nada sobre las sombras oscuras que habian debajo de sus ojos y mucho menos pregunto porque tenia la nariz roja, ya era normal para ella verla en esas condiciones y desde muy pequeña habia aprendido que no debia preguntar por nada de eso, o sino sus padres se enfadarian con ella y la encerrarian en su habitación y solo saldria a las horas de las comidas.
-Nos daremos un baño e iremos a casa del tio Gulfy antes de que se vaya al trabajo.
-¡Que bueno!, tambien le hice un dibujo- en ese dia de la madre sabia que su tio siempre estaba triste por que su mamita habia muerto y por ello siempre le hacia un dibujo a él tambien para tratar de alegrarle el día.

ESTÁS LEYENDO
Ya No Somos Solo Dos
Ficción GeneralMew y Gulf Suppasit eran un matrimonio exitoso que habían logrado las metas que se habían propuesto y habían trabajado duro para ello, nada de lo que tenían era regalado o lo obtuvieron fácilmente. Y en esa perfecta vida, llena de lujos, contratos...