Capitulo 25

2.7K 347 52
                                    

Las vacaciones de Lamai habían terminado y había demasiado pronto según ella, iba extrañar levantarse tarde todos los días, pasar el día jugando, viendo televisión sin hacer tareas; pero a pesar de que dejaría las comodidades de su casa estaba emocionada por ir a la escuela y encontrarse nuevamente con sus amigas.

Mew y Gulf la habían llevado a comprar sus útiles escolares, ellos la habían dejado escoger cada una de sus cosas siempre y cuando estuvieran dentro de la lista que le había dado el colegio, por eso ahora estaba con su nuevo uniforme dejándose peinar por el pelinegro que había mejorado mucho a la hora de arreglar su cabello.

-Ya estás lista- le dijo Gulf alejándose para admirar su obra le había hecho una perfecta coleta adornada con un lazo azul que hacía juego con su uniforme -¿Estás emocionada?

-Mucho, ya soy una niña grande.

-Por supuesto que era una niña grande, vamos a desayunar.

Esa niña que decía ser grande a la hora de su desayuno tuvo que utilizar un delantal que había conseguido Mirian para que no se ensuciara el uniforme, porque por más que ella decía que era grande aún gran parte de su comida terminaba en su ropa.

Después que terminó de comer la pequeña se fue con su niñera a lavarse los dientes, bajo la atenta mirada de la pareja y fue entonces cuando Mew dijo:

-¿Porque no contratamos tutores y la educamos en casa?, Aquí estaría más segura y con una educación personalizada aprendería más.

-¡Hay amor!, ¿Que voy hacer contigo?- nego Gulf viendo al celoso de su esposo -A mi no me engañas, tu no estás interesado en su educación, a ti lo que te preocupa es que algún niño se le acerque a nuestra pequeña por lo bonita que está, deja de pensar en tonterías ella todavía está chiquita para estar pensando en novios.

-¡Pero es que la dejaste usar brillo de labios!- exclamó él castaño con un puchero.

-¡Eso no es brillo de labios!, Solo es un bálsamo que vio cuando me lo aplicaba y me pidió que le colocara también, además cuando regrese ya no tendrá nada porque se lavo, deja de ser un papá celoso y comportate- lo regaño Gulf divertido.

-Entonces vas a tener que dejar de usar ese bálsamo, para que no te pida usarlo.

-¡MEW!, No seas así, que tú también usas.

-Pero a mi no me pide que le ponga también...

-Estoy lista, ¿Ya nos vamos?- interrumpió Lamai y tal como Gulf había dicho ya no había ningún rastro del bálsamo.

-Claro que si ya nos podemos ir- le dijo feliz el castaño al ver qué su esposo había tenido razón y ya no había ningún rastro de brillo en los pequeños labios de su niña.

Lamai solo sonrió ignorando lo que estaba pasando por la cabeza de Mew, por su parte Gulf solo rodó los ojos sabiendo que su esposo a veces podía ser todo un exagerado, así sin más salieron para que el pelinegro la ayudara a subir al auto y colocara su mochila al lado, ese día ambos la llevarían a su primer día de clases y por eso se iban a ir todos juntos en el mismo auto.

Cuando iban a mitad de camino la niña lo llamo: -Gulf...

-¿Que pasa hermosa?- se giro para poder verla.

-Creo que me duele mi barriguita.

El pelinegro solo río y tomo su mano para tranquilizarla -Seguro que son nervios de primer día cariño, estás muy emocionada y al parecer tu pancita también.

-¿Tu crees?

-Por supuesto, tu barriguita está emocionada porque cambiarás de salón y en el almuerzo te sentaras con los niños grandes en la cafetería.

Ya No Somos Solo DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora