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Mark acompañó a Haechan y su madre al hospital, se quedó junto a su novio todo el día, y entre las vueltas que tuvieron que dar, comenzaba a atardecer cuando finalmente pudieron volver a casa.

La señora Lee le ofreció a Mark llevarlo hasta su casa, pero Haechan se negó, pidiendo con señas que él chico se quedara con él mientras se acurrucada más sobre su novio.

La señora Lee no podía decirle que no a su hijo, así que llamó a la madre de Mark para decirle que se quedaría con ellos.

Por la noche, Haechan con su pijama, una muñequera azul que le recomendaron no quitarse salvo para bañarse, y Mark con ropa cómoda, permanecieron un rato hablando, frente a frente, lo suficiente cerca para poder hablar en susurros y escucharse perfectamente. Bueno, sólo Mark hablaba en susurros, pero para ellos era una conversación baja.

—Todavía no le he dicho a mis padres de lo nuestro— murmuró Mark, con lo que Haechan puso ojitos de perritos que le partieron un poco el alma.

“¿Les dirás?”

—Estoy esperando el momento— dijo—. No quiero tener que reunirlos, sentarnos en la mesa del cedro y decirles que me gustan los chicos… Bueno, me gusta un chico, que estoy enamorado de él y que corresponde con mis sentimientos por lo que somos la mejor pareja del universo— Mark sonrió, provocando a Haechan sonreír también, sumado a que le habían parecido las más lindas palabras.

Haechan asintió, comprendiendo.

—Temo que no sean comprensivos, como tú familia— continuó Mark, ya más serio—. O como Margarie, a ella sí le dije.

Haechan asintió, emocionado, pidiendo que continúe.

—Me pidió ser la madrina de boda— Mark rió un poco—. Y de todos nuestros hijos.

Haechan rió, el corazón de Mark explotó un poco de ternura.

“Ya tenemos una larga de lista de padrinos y madrinas” escribió Haechan.

—Tendremos que Hacer muchos niños para satisfacer a todos— Mark sonrió de forma pícara.

La sonrisa de Haechan flanqueó un poco.

“¿Tú quieres tener hijos?” Preguntó.

Mark se encogió de hombros.

—No es algo que me muera por tener, pero me gustaría, algún día.

Haechan tardó un momento en reaccionar, mirándolo con algo que pareció pena, hasta que tomó su bolígrafo y escribió.

“Sabes que los hombres no pueden tener hijos entre ellos, ¿No?”

Mark se sintió un poco mal por Haechan.

Desde que lo conoció, el chico siempre fue inseguro, no sabía el por qué, pero él permanecía a su lado para decirle todas sus certezas.

Aunque con frases como esas, Mark se planteaba si Haechan dudaba de su relación.

Mark se acercó un poco más a él.

—Siempre se puede adoptar, Haechannie. Además, cómo dije, no es algo que muera por tener. Puedo ser feliz con o sin ellos, mientras te tenga puedo ser feliz incluso con nada.

Mute - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora