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Taeil estacionó la camioneta frente a la casa de los Lee, tocando la bocina repetidas veces, haciendo que la señora Lee se molestara por tanto ruido.     
     
Su sorpresa fue bastante cuando el vidrio polarizado del asiento del acompañante bajó, dejando ver la sonrisa de disculpa del moreno.      

— ¿Director Taeyong? — Mark lo reconoció automáticamente.         

— ¡Él no es tu director! — se quejó Taeil, bajó del vehículo y tomó el bolso que Haechan casi venía arrastrando desde la casa, para levantarlo sin esfuerzo y llevándolo hasta la parte trasera de la camioneta—. A mí me llamas por mi nombre, ni siquiera un gramo de formalismo, y le dices director a otro.             

Mark rió un poco.           

— ¿Quieres que te llame Omma Taeil? — preguntó, con lo que el pelinegro frunció el ceño.            

Escucharon la risa de Taeyong desde donde estaban, el moreno asomó la cabeza por la ventana para mirarlos con diversión.       

— ¿Recuerdas cuando nos juntamos a beber y estabas tan borracho que empezaste a decir que eras la madre de todos? — le recordó, Taeil se ruborizó de la vergüenza—. Empezaste a decir que teníamos que llamarte Omma Taeil.              

Taeil se detuvo un segundo, totalmente ruborizado, hasta que arrojó con fuerza el bolso de Mark en la cajuela.            

— Cállense, lo único que recuerdan de esa noche es eso, idiotas.              

Mark rió, porque tenía razón, casi todas las demás memorias eran de los videos, captados con el celular de Hendery pero grabados por Haechan.      
       
— No— se quejó Taeyong, aunque sólo quería pelear con el mayor—. Recuerdo cuando Hendery y Mark se-             

— ¡No lo digas! — lo interrumpió el rubio, haciendo reír a los otros—. Vomitaré.             

— ¡Suban de una vez! — se quejó el mayor—. Voy a tener que soportarlos más tiempo si seguimos aquí— añadió, antes de rodear el vehículo y subir al asiento del conductor.           

Mark se volteó para ver a Haechan, quién estaba hablando con su madre, moviendo sus manitos.              
Apenas podía entender unos cuantos gestos, pero supo que Haechan le prometía que se cuidaría, que no haría nada malo, entre cosas como dormir temprano y no alejarse mucho de los demás.           
 
La señora Lee le dejó un beso en la frente como despedida y Mark estiró el brazo hacia Haechan, su novio tomó su mano con seguridad, antes de subir al vehículo.

Mute - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora