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La cama de Haechan era amplia, lo suficiente para poder dormir ambos, aún así, preferían dormir casi encima del otro.

Con Haechan abrazándolo como koala, Mark ya no sentía su brazo por la posición en la que estaba, debajo del otro rodeando su cintura.

Aún así, no sé molestó en quitarlo, no quería despertar a su novio.

Era de madrugada, y Mark se había despertado, terminando en un momento de insomnio que quería destruir, pero no podía.

Así que se quedó despierto, mirando a Haechan, acariciando sus mejillas, cuello y cabello lentamente, para no despertarlo.

El rato pasó, Mark había terminado contando las pequeñas pecas que tenía el cachetón, ha una unas cuantas cuando notó las manos de Haechan moverse apenas un poco en sueños, sonrió con ternura.

Al principio, no podía evitar mirar lo adorable que parecía, aunque no supo en que punto, lo que pensó ser un sueño resultó ser una pesadilla.

Haechan frunció el ceño, negando, apretaba sus ojitos, sus labios comenzaron a moverse, y Mark escuchó lo que parecía ser un murmullo proveniente de ellos.

El corazón de Mark se aceleró, y recordó de meses atrás, cuando supo que Haechan podría hablar pero inconscientemente, había bloqueado su voz.

Se acercó un poco más a él preocupado.

—Haechannie...— habló con suavidad, el chico seguía con el ceño fruncido, negando, ahora un poco más fuerte que antes—. Es un sueño, es solo un sueño, despierta...

—N-no...

Mark alzó las cejas, su corazón comenzó a latir más fuerte.

Una dulce palabra, con una voz más dulce, aguda, a pesar de que había soñado bastante ronca.

Mark se acercó aún más, abrazando a Haechan, acomodando el rostro del chico a la altura de su cuello, dejando besos en su coronilla, acariciando su cabello.

—Shhh… Estoy aquí, bebé— murmuró—. Todo está bien, despierta… Es sólo un sueño...— murmuraba.

—Makku — escuchó, en una voz más calmada que antes, y sintió su corazón desbocar.

Sonrió, sus ojos se nublaron un poco.

—Si, bebé, soy yo… Estoy a tu lado.

Haechan negó de nuevo, esta vez, más lentamente, despejando su vista.

Alzó las cejas al ver a Mark con lágrimas, alzó su mano para preguntar, pero el rubio sólo negó, besó sus labios, con cariño algo rápido para el gusto de Haechan, quién lo seguía mirando confundido.

—Nada, bebé, nada— dijo Mark, aún sin poder borrar su sonrisa.









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Sí, Haechan habló. ¿Se lo esperaban? ¿Qué opinan al respecto?

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En el próximo capítulo les explicaré mejor que sucedió.

Mute - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora