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Advertencia: Este capítulo contiene algo de 🍋

Por la mañana, lo primero que vió Haechan al estirarse y abrir sus ojitos, fue a un Mark ya vestido, pero acostado a su lado, usando el celular.

— Buenos días, lindo— coqueteó el rubio, haciendo que Haechan se ruborizara y sonriera, hasta que vió el celular y lo reconoció, arrebatándolo de las manos de su novio— ¡Haechanieeee, vamos! Hace como una semana que no uso un celular, ¿Sabes la abstinencia que tengo?

Ignorando sus palabras, el chico mudo dejó su celular sobre la mesa de luz, se quitó las sábanas de encima para levantarse, pero, para extrañeza del otro, las volvió a colocar sobre su cuerpo, metiéndose de nuevo en la cama.

Mark frunció el ceño, pero no quiso preguntar nada.

En cambio, fue él quien se levantó, acomodando un poco su ropa, calzando unas pantuflas, dispuesto a ir abajo.                  

— ¿Vienes a desayunar? — le preguntó, a unos pasos de la puerta.

Notó que Haechan estaba muy ruborizado, al punto que parecía un tomatito, el chico negó.                  
Mark notó que estaba incómodo o nervioso, por algo.                  

Y además, si él no lo obligaba a desayunar, la señora Lee lo haría, así que Haechan nunca se negaría sin alguna razón importante.                 

Mark se acercó a la cama de nuevo, sentándose junto a él.

— ¿Que tienes, bebé? — preguntó, dejó unos cuantos besos en el rostro de Haechan, aunque el chico volvió a negar, dando a entender que no quería decir nada al respecto—. Anda, dime— Mark acarició sus mejillas, sus miradas se encontraron—. Sé que te pasa algo, puedes decirme.

Haechan suspiró, le hizo una seña para que se levantara, Mark lo hizo y lo vió levantar las sábanas de nuevo, y le tomó un momento notar que era lo que le incomodaba tanto a su novio.                  

Mark rió un poco.       

— Es sólo una erección matutina, Haechanie— dijo, con una sonrisa—. Es normal, no tienes que avergonzarte— Mark volvió a sentarse a su lado—. Anda, ve al baño, desquitate, y te espero abajo con el desayuno.

Haechan negó, haciendo un mohín.          

— ¿No? — Mark frunció un poco el ceño— ¿No qué?
                 
El mudo suspiró, tomó su celular y escribió en la allí de notas.      

"Se irá sólo. Tengo que esperar un rato".         
 
Mark leyó varias veces las palabras, una parte de él no podía creerlo.              

— Haechan, tú... ¿No te tocas? — preguntó, de la forma más sutil.           

Haechan era especial, único y como quieran decirle, pero seguía siendo un adolescente de dieciséis (casi diecisiete) años, ¿Qué persona de su edad no se tocaba?               

Para su sorpresa, el otro negó, y Mark permaneció unos segundos en silencio, hasta que pudo creerlo, para entonces, Haechan volvía a tener una expresión avergonzada en el rostro.                

El mudo apartó la vista de Mark, mirando hacia un lado, tomó las sábanas como para volver a esconder aquello, y el rubio se arrepintió un poco por su actitud.         

— No, no...— detuvo la mano del otro, tomándola, haciendo que Haechan lo mirara de nuevo—. No es algo que deba ponerte incómodo, es normal, ¿Lo sabes?          

Mute - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora