❁ 17 ❁

1.1K 189 0
                                    

Si Haechan normal era adorable, Haechan con fiebre lo era mil veces más.

A Mark le parecía un poco mal encontrarlo tierno, sabiendo que al chico se le partía la cabeza del dolor.

Pero verlo con un ligero mohín todo el día, con los ojos cansados y una costumbre de inflar las mejillas por el dolor lo hacían parecer como un bebé, en lugar de un tierno adolescente de dieciséis años.

Haechan había cambiado por su pubertad, pero, para suerte de Mark, no eran grandes diferencias.

Seguía siendo bastante enano, más de lo normal, aunque bastante más alto de lo que era, su cuerpo se había estilizado, ya no parecía el chico esponjoso, incluso, para el gusto de Mark, Haechan estaba muy delgado.

El mayor se encargaba de darle sus medicamentos, y se quedaba a su lado hasta que tragara su pastilla, aunque al chico solía contarle varios tragos pasarla. 

Mark lo felicitaba con una sonrisa, y solía acostarlo para ponerle un trapo de agua fría en la frente, que lograba bajarle el dolor un rato, donde podía conversar con su amigo perfectamente.

"Mamá dice que iré a mi médico la semana que viene. A Busan"

—¿Te da miedo ir al médico? — preguntó Mark, sin saber muy bien a qué venía esa información.

Haechan negó.

“Me quedaré allá unos días. Con mis tíos"

—Oh.

“Quiero que vengas conmigo”.

Mark miró las palabras sin decir nada, las leyó unas veces más.

Haechan bajó su cuaderno al ver que Mark no contestaba.

—Hyuck, yo… No sé qué decirte, tengo que preguntarle a mis padres primero y, ¿Tus tíos dejarían entrar a un completo desconocido?

Haechan asintió varias veces, comenzó a escribir en el cuaderno y Mark esperó a que él terminara.

“Mamá no tiene problema en que vayas con nosotros. Ella va a cuidarte”

—Tu mamá es mi mamá también, Haechan, eso lo sé— Mark rió un poco—. Pero una cosa es que me quede en tu casa y otra es viajar con ellos, y quedarme en casa ajena con ellos.

“Por favor, acepta”

Mark se quedó en silencio, vió los ojitos de Haechan asomarse tras las hojas, suplicando.

—Está bien, Haechan, acepto— se rindió, con una sonrisa.

Haechan soltó el cuaderno para aplaudir, sonriendo, haciendo que el mayor riera con ternura.

Mute - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora