Octavo acto: Viejos conocidos.
El sol empezaba a surgir por el horizonte dando a entender que el día había llegado y era hora de que todos los animales diurnos se despertaran e iniciaran sus actividades. En un departamento en las afueras de la República de Naciones Unidas, una joven pareja descansaba plácidamente en su cama, entrelazaban sus brazos y piernas en un abrazo amoroso que les transmitía seguridad y confort. Tez blanca y achocolatada se funcionaban, cabello negro y castaño se enmarañaban. Una morena de hermosos ojos azules miraba embelesada a su pareja quien seguía durmiendo profundamente a su lado sin dar señales de un despertar próximo, usualmente ella era la última de las dos en abrir los ojos, pero, por extraño que pareciese, a las nueve de la mañana, ella había sido quien recibió a la mañana primero. Era raro ver dormida a esas horas a la ingeniero quien ocupaba un lugar a su lado, puesto que siempre debía salir a las ocho para ir a su oficina, así que cuando Korra abrió los ojos y la observó ahí, supo que tenía la mejor suerte del mundo y que ese día iba a ser maravilloso.
Acariciaba su cabello con ternura y devoción absoluta, su textura era suave y desprendía un aroma a jazmín que hechizaba a la Avatar. ¿Quién diría que ahora compartiría lecho con aquella hermosura de mujer? En ese momento recordó la primera vez que la vio junto con Mako, en aquel entonces pensó que era una niña mimada y que jamás sería compatible con ella. Mírenla ahora, jugando con la hermosa cabellera negra de aquella chica y observándola dormida a su lado. Rió por debajo y, sin contenerse, le robó un pequeño beso en los labios que hizo sonreír a la joven mecánica en sueños. La joven Avatar decidió en ese instante que era hora de despertar a su futura esposa, ¿y qué mejor manera de hacer eso que a base de leves besos matutinos? Unió sus labios una y otra vez, con cada nuevo roce la mecánica se iba despertando poco a poco hasta llegar al punto de solo fingir dormir para poder sentir aquellos morenos y dulces labios sobre los de ella.
Asami se sentía enloquecer con aquellos labios carnosos acariciando los suyos, de repente percibió un peso encima de ella y como era costumbre, rodeó el cuello de su compañera al instante. Los morenos labios de la Avatar pasaron de estar en los de la ingeniero a atacar con un hambre insaciable el pálido y delicado cuello de ésta, lo besaba con amor y le daba leves caricias tiernas con vehemencia, pero aquellas caricias no eran para encender la llama del deseo en ambas, no, era con el simple y mundano objetivo de escuchar la pequeña risa de la mecánica. Korra sabía que esa parte de Asami era realmente sensitiva a sus toques, y con tan solo un leve roce de sus labios provocaba que miles de millones de señales nerviosas bombardearan el prodigiosos cerebro de la ingeniera dándole a entender a ésta que, en esa parte, un objeto que conocía a la perfección la estaba atacando y provocándole cosquillas a diestra y siniestra.
- Korra, ¿serías tan amable de parar? - Suplicó entre risas la mecánica.
La morena se separó del cuello de su novia y alzó el rostro, sus labios dibujaban una amplia sonrisa y sus brazos aprisionaron a su pareja en un tierno abrazo.
- Te veo muy feliz hoy. - Comentó Sato empezando a jugar con el pelo castaño de su prometida.
- Es porque lo estoy, no todos los días puedo ver a la gran CEO de Industrias Futuro dormir hasta altas horas de la mañana. - La sonrisa de la mecánica desapareció al escuchar aquella declaración.
- Korra... ¿Qué hora es? - Preguntó con gran seriedad la chica de tez pálida.
- Ah, no. Eso no. No quiero que vayas a trabajar hoy, Asami, ¡dijiste que quieras regresar para descansar y eso haremos! - Chilló de inmediato la Avatar.
- Korra, solo quiero saber qué hora es. - Pidió amablemente la joven chica de negocios.
- Son las nueve y media... - Susurró de mala gana la joven de ojos azules.
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Nuestra historia sigue.
FanfictionLa reconstrucción de Ciudad República al fin está terminada, Korra y Asami han revelado su relación de una manera poco ortodoxa y eso las ha dejado cansadas, en busca de un tiempo de caridad juntas deciden ir al Mundo de los Espíritus de nuevo. Desp...