Décimo Tercer Acto.

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Hola a todos, gracias por ser tan pacientes con esta actualización y sé que les debo una  razón. Es fácil, la escuela está a nada de terminar y eso quiere decir más trabajo. Otra cosa, por favor lean la sección que dice "Deliraciones de la Autora" hay un comunicado muy importante ahí de interés general. Sin más, espero les guste el nuevo Acto. 


Escrito por: Zakuro Hatsune. 

Edición: Korrasammii. 


LOS PERSONAJES DE LOK NO ME PERTENECEN. TAMPOCO EL UNIVERSO DE AVATAR. 

  

Nuestra Historia Sigue.


Décimo tercer Acto: Yasuko y Tonraq. 


Era pasado de media noche en la lejana y fría Tribu Agua del Sur, la nieve algodonosa y blancuzca estaba esparcida por todo el largo del lugar, la hermosa luna llena era cubierta por unas traviesas y espinosas nubes de color grisáceo daba lo mejor de sí para que sus rayos alcanzase el suelo y lo iluminasen para resaltar el nevado paisaje. La temperatura superaba los grados nulos y un viento proveniente del Este acariciaba con dulzura la poca maleza que crecía indiferente a la heladez característica del lugar. Algunos animales nocturnos, cómo los llamativos y extraños lobos-león árticos corrían libres por el paisaje que se desplegaba ante ellos en busca de posibles presas para llevar a sus hogares y alimentar a sus pequeñas e indefensas crías. Los ruidos de la naturaleza eran la orquesta que se podía apreciar a aquellas horas tan tardías gracias a la escasez de seres humanos, o bien, eso se creía hasta que dos llantos rompieron con aquella partitura que la naturaleza misma había compuesto para aquellas noches de otoño. 


En una casa que se encontraba parcialmente alejada de cualquier rasgo de civilización, unos alaridos semejantes a los de un animal siendo torturado o agonizante cercano al umbral de la muerte quebraban el hermoso y natural silencio que rodeaba la casona adornada por un ligero toque de nieve blancuzca y ligeramente azulada gracias a la refracción de ésta con el bello cielo. Una cansada, ojerosa y despeinada ingeniero de bellos ojos verdosos caminaba con lentitud y ensoñación en dirección al par de cunas de hermosa madera pintadas de color blanco con dos placas, una en cada cunero, que estaban a unos cuantos metros de su propia cama seguida por una aún más adormilada mujer de tez morena que era incapaz de dar un paso sin menearse por los mareos que el sueño abruptamente interrumpido provocaba. Se le escuchó bostezar varias veces mientras susurraba algo incoherente de sentido gracias a que la zona de su cerebro encargada del habla aún seguía adormecida. En ambas manos traía un par de biberones pequeños, no más grandes que su mano, que serían la comida vespertina de los seres que en ningún momento, ni por falta de oxígeno, habían dejado de dar chillidos. 


Yasuko y Tonraq, quienes eran los dueños de aquellos potentes pulmones y los emisores de esos gritos que parecían de angustia, reclamaban su merecida toma láctica. Habían llegado a casa apenas hacia una semana y ya tenían vueltas locas a sus madres, sobre todo a la CEO de Industrias Futuro quien era la que se encargaba de proporcionarles su toma cada dos horas exactas. La bebé fue la primera en recibir atención por parte de su madre, Asami, quien con pequeños arrullos trató de apaciguar su insistente llanto, mientras que, Tonraq, era alimentado por Korra que imitaba los movimientos de su pareja en un va y viene de sus brazos para aplacar la ira del bebé por ser privado de su tan preciosa leche materna recién extraída de la ingeniero apenas unas horas atrás. Apenas el chupete plástico tuvo contacto con ambas boquitas los alaridos cesaron por completo permitiendo de nuevo que el silencio reinase por todo el lugar y provocando que la líder de la Tribu Agua del Sur y reciente madre empezara a dormitar mientras seguía alimentando a su hijo menor cosa que enterneció a su pareja, ella era más resistentes a días sin sueño pues, en la ausencia de la Avatar, la mecánica prefería no dormir por miedo a las pesadillas que le venían a su mente cuya protagonista era nada más y nada menos que esa mujer parada frente a ella.  

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