Hola a todos, milagrosamente les ge triado el capítulo puntualmente, ¡gracias a no dormir pude lograr esto! ¡Soy genial! No la verdad es que no... Con razón llovió hoy en mi ciudad... Como sea, espero y este acto sea de su agrado y, si tienen alguna interrogante, no duden en hacerla por los comentarios, PM, pues les daré respuesta tan rápido como pueda.
Sin más preámbulos, les dejo leer.
Escrito por: Zakuro Hatsune.
Edición: Korrasammii.
Nuestra Historia Sigue
Décimo Sexto Acto: Nubes Negras.
El tiempo, aquella media imborrable que ningún ser humano es capaz de manipular y siempre está atado a éste. Aquella fuerza es tan imparable que ni el mismo Avatar era capaz de luchar contra él. Trece años habían pasado ya desde que la gran maestra de los cuatro elementos, la Avatar Korra, y su esposa, Asami Sato, habían regresado de aquel incidente del portal espiritual. Se suscitaron demasiadas cosas en esos ciento cincuenta y seis meses, pero nada que fuese demasiado relevante como para contar, el mundo al parecer había estado al favor de la persona que debía traer paz al mundo, pues en ese lapsus de tiempo solo se había enfrentado a pequeñas guerrillas en el Reino Unido Tierra, una revolución en el archipiélago de la Nación del Fuego que fue aplacada gracias a la rápida intervención de la morena y su esposa, y desastres naturales dónde la Avatar, junto con su familia, debían colaborar para sacar a los heridos y reconstruir los poblados afectados. Fuera de eso, la presencia de Korra era innecesaria, los nuevos Nómadas Aire se ocupaban de las peleas más aisladas y de la protección de las cuatro naciones en general haciendo que, como último recurso, la Avatar fuese llamada a la acción. Cosa que no le molestaba a la morena, pues una de sus quejas era que la llamaban para solucionar hasta la fuga de agua del alcantarillado público.
Ahora, la familia de la Avatar estaba arriba del hermoso dirigible perteneciente a Industrias Futuro. La maestra agua miraba con orgullo la práctica de sus hijos y, a su lado, estaba nada más y nada menos que su esposa, la bellísima Asami Sato, quien compartía ese sentimiento que la morena tenía en su interior. Aun recordaban cuando los vieron hacer fuego y agua control al mismo tiempo, a pesar de que todos pensaban que la ingeniero se sentiría mal por el hecho de que ninguno de sus dos hijos fuese un no-maestro como ella, fue todo lo contrario. Ella fue la más emocionada con aquel acontecimiento pues, nadie mejor que ella, sabía lo que era cargar con el estigma de no poder manejar algún elemento y, entre menos sufrieran sus pequeños, ella sería más que feliz. Claro, que eso se le solía olvidar cuando Tonraq y Yasuko quemaban las cortinas o congelaban alguna parte de su hogar jugando. Una de las reglas generales, y la que se rompía más usualmente, era la de: "No control dentro de la casa". Claro, ¿quién le haría caso a esa ley si la Avatar vivía en ese hogar? Luego por eso no solo debía castigar a sus hijos, sino también a su esposa quien condescendía aquella acción prohibida. Al parecer, nadie entendía que si se hacía control, sobre todo del fuego, podían quedarse sin vivienda un buen rato.
Veían patada y golpes volar acompañadas de danzas de fuego color rojo y azul, que Yasuko tuviese aquel mítico color en sus llamas sorprendió a la morena, pues solo aquellos maestros fuego prodigios tenían esa capacidad. Su hija mayor poseía una habilidad nata para la pelea, dominó todas las técnicas tan rápido como sus progenitoras y su habilidad para poder lanzar rayos era única, incluso se decía que eran mejores que las de la princesa Azula. Si de fuerza se trataba, Yasuko Sato era la fusión de ambas chicas. Pero Tonraq no se quedaba atrás, si bien tenía todas las capacidades de su hermana a excepción del poder hacer rayo, su dedicación era más para lo espiritual y lo tecnológico. Tenía un gran poder espiritual que llegó sorprendió a la Avatar, si ella había tardado varias sesiones en aprender como purificar a un espíritu, su hijo tardó solo dos. Y no solo eso. Tonraq Sato había heredado la habilidad matemática y económica de la ingeniero. Los hermanos Sato poseían una inteligencia sorpréndete, pero el que llevaba la batuta -pues era al que le gustaba más-, era el menor de ellos. La mayor tenía una endemoniada habilidad mecánica que no usaba, cosa que le dolía en lo más profundo a Asami, pero que aceptaba a su vez, ya que sabía que su hija no le interesaba armar armatostes como fuente de vida. Las veces que ella lo hacía era para entretenerse, cuando su hermano menor se lo pedía o ambos tenían algún proyecto.
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Nuestra historia sigue.
ФанфикLa reconstrucción de Ciudad República al fin está terminada, Korra y Asami han revelado su relación de una manera poco ortodoxa y eso las ha dejado cansadas, en busca de un tiempo de caridad juntas deciden ir al Mundo de los Espíritus de nuevo. Desp...