Love, Sonic. © [✔️]

🥀 τнirτy

Un año cuarenta días después.
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»Dead rose«

❝Entonces tuve esa sensación de ya haber vivido eso, lo soñe, te vi reflejada en aquella flor.❞

Ya está, está es mi nueva vida. Solo, callado. Quieto. No es así como tenía que ser, quizá ella y yo no habíamos planificado nuestras vidas juntos. Pero teníamos un plan. Y no era este. Ya no tengo ningún plan.

Su olor se ha desvanecido. Ya no lo recuerdo.
He estado aislado desde que ella no está.

Y día a día lidio con el mismo remordimiento.
Hace bastante, comenzé a ingerir antidepresivos y pastillas para dormir, el insomnio es más difícil.

Supongo que John paró de buscar. Yo no le puedo reclamar nada, hacía bastante estábamos en contacto, pero se fue apagando. Nunca me llama, y si lo hiciera, sería para decirme que ella está viva.

Sigo esperando la llamada.
Una llamada que nunca llegó.

Supongo que es hora de salir.
¿La vida sigue, no?
Es patético.

No fluye. Me pongo una sudadera azul marino y me tapo con el gorro, necesito ver a Tails, necesito decirle que es el es lo único que me queda.

Decidido; Busco mis llaves y cierro la puerta. Prefiero ir andando. Hace tanto que no uso mi velocidad, comienzo a caminar, es temprano, hace frío. Los pajaron cantan como si fuera el mejor días de sus vidas. Tengo ganas de darles un tiro para que se callen. Pero prefiero ignorarlos, me aprieto el gorro contra las orejas y sigo caminando.

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— Oh, Sonic. Me alegra verte. — me deja entrar, haciéndose a un lado.

El olor a sopa impregna su morada.
El aroma es acojedor, suave y sútil.
Tanto tiempo que no lo veía, no recordaba esas cosas simples.

— ¿Como estás? — cuestiona y se dirige a la mesa y jala una silla para que me siente.

Estoy mal.

—....estoy bien. — respondí.

Parece ajetreado. Corre de un lado a otro y se agacha para revisar el horno cada 10 segundos. Trae un delantal de color amarillo. Pienso que es muy fácil atribuir al color amarillo como el color de la esperanza.

Amarillo, como el sol que apenas veo.

—...¿Esperas a alguien? Si quieres me voy. No quiero molestarte.

Me pongo de pie, dispuesto a irme, pero el llega y me da una palmada en la mano.

— ¡No, no! B-bueno es que...Estoy haciendo algo para más tarde.

— Ya veo. Entonces esperas a alguien. —Me vuelvo a sentar, inclino un poco mi cabeza.

— Es que..Bueno, espero a una chica.

Levanto mi vista, y me toma por sorpresa, enseguida se vuelve a la cocina y mueve lo que parece ser ensalada.

—Una chica. — repetí para mis adentros. Agarro una manzana del frutero y le doy una mordida, al pasarme el primer gajo le digo—; ¿Cuánto hace que sales con ella?

— ¿Eh? —levanta su cabeza hacia mí. — Ah, la conocí apenas. Nos llevamos bien.

Espero a que diga algo más, pero no lo hace. Le doy otra mordida, pongo el codo de la mano izquierda en la mesa y estiro el brazo derecho al costado de la silla. Escucho girar los botones de la estufa, parece terminar, el sonido de los chasquidos de las caserolas se hacen presentes.