❝ You were my life
But life is far away from fair. ❞
Donde James Barnes es atormentado por los estragos de su pasado.
o
Donde Audrey D'Angelo no sabe lo que hizo para que James la alejara.
A MCU fanfiction
TFATWS - ?
[Bucky B. x Female Oc!]
Mudbloo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Arlington, Virginia
AUDREY HABÍA ESTADO EN EL PENTÁGONO EN MÁS DE una ocasión, y aunque en un principio le parecía un sitio intrigante e imponente, con el tiempo se dio cuenta que no era más que una gran oficina, con una forma peculiar, en la que hombres de traje, corbata ajustada y maletín se ocupaban tanto de secretos de Estado, como de pedir el almuerzo y preparar café.
—Agente D'Angelo.—el Director de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, el General Thomas Haines, entró a su propia oficina, donde la joven agente de la Agencia de Seguridad Nacional lo había estado esperando por al menos cuarenta minutos.
—Director Haines.—Audrey estrechó la mano del superior con toda propiedad.
—Escuche de sus heroicas hazañas en Nueva York.—mencionó mientras se sentaba detrás de su gigantesco escritorio.
—No se si les llamaría heroicas.—miró hacia su brazo izquierdo, envuelto en el cabestrillo que estaba obligada a utilizar los siguientes días, y resopló—Pero lo tomaré como un cumplido.
El General se tomó el tiempo de sacar un fino puro de uno de los cajones del escritorio y tras haber cortado su punta, lo prendió e inhaló el tabaco.
—Supongo que su visita tiene algún motivo, agente.—habló tras exhalar el humo.
—Iré al grano, si no le molesta.—dijo. Sentada frente al hombre de rango superior, mantenía una dignificante e impecable postura—Quiero presentar mi renuncia oficial a la NSA y al servicio de inteligencia.—reveló sin vacilación alguna.
El Director Haines no mostró sorpresa alguna.—Veo que las vacaciones le sirvieron, entre otras cosas, para pensar muy bien su decisión.
—Desde luego.—asintió.
—Y supongo que no pasó por alto el hecho de que usted firmó un contrato de cinco años al servicio de los Estados Unidos, de los cuales usted lleva solo dos.—hizo mención con una ceja en alto.
—Dos y medio, de hecho.—corrigió.
—Si mis cálculos no me fallan, usted aún le debe al país la mitad del tiempo por el que fue contratada.
Audrey amplió una sonrisa sin mostrar los dientes.—Ahí tiene el motivo de mi visita.—dijo.
—¿Y qué le hace creer que dejaría ir a una de las agentes más competentes que tiene el servicio de inteligencia estadounidense?—inquirió verdaderamente curioso por la actitud segura de la joven.
