─ chapter xix

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capítulo diecinueve
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┌─────────────────┐capítulo diecinueve └─────────────────┘

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Bucarest,
Rumania
2015

UN AÑO HABÍA PASADO DESDE QUE HYDRA CAYÓ y él huía de la ley, de aquellos que quieren ponerlo tras las rejas por todo lo que hizo, y también de aquellos que quieren eliminar al último cabo suelto de la organización a la que perteneció por quien sabe cuanto tiempo.

Durante todo ese año había atravesado el océano atlántico y se había escabullido por toda Europa hasta llegar al Este. No se detenía por demasiado tiempo en ningún lugar. Hasta ahora.

Llevaba dos meses en la capital rumana, viviendo en un horrible edificio en un departamento mucho peor. ¿La razón? Algo dentro de su ser le dijo qué tal vez podía dejar de huir, que podía detenerse después de un año de estar escapando, que ese sitio podía ser un buen lugar para esconderse por un poco más de tiempo. Y le hizo caso a ese algo porque estaba agotado, vaya que lo estaba; y porque fue ese mismo algo lo que lo había mantenido con vida hasta ahora. Era su instinto de supervivencia, su voz de la razón y el motivo de seguir medianamente cuerdo. Era esa parte de su semi recuperada mente que mantenía encerrado al otro sujeto y le permitía comenzar a recuperar las memorias que Hydra se encargó de destrozar en pequeños fragmentos.

Es verano, muchacho. ¿Qué nunca te quitas esa chaqueta?

Llevar una vida de civil era difícil. Al menos para él. No debía pelear, obedecer órdenes o permanecer encerrado, pero debía conseguir empleo, pagar renta e interactuar, aunque no le gustara, con las personas. Y entre ellas, sus propios vecinos.

Estoy resfriado.—se excusó con el viejo hombre que vivía en el departamento frente al suyo y que no hacía otra cosa más que andar en chancletas, beber cerveza en la puerta de su casa y discutir con su esposa.

El viejo soltó una ruidosa y rasposa risa.—¡Un resfriado! Por favor.—vociferó—Con la edad que tienes un resfriado no es nada, muchacho.

Si solo supiera, pensó fugazmente mientras cerraba la puerta de su departamento y se dirigía a las escaleras lo más rápido que podía. Iba tarde al empleo temporal que consiguió en un supermercado y su vecino podría seguir hablando con él por horas, tratando de convencerlo de que beba algo con él.

Adiós, señor Radu.—se despidió del hombre con un pequeño asentimiento de cabeza y comenzó a descender por los escalones a paso apresurado.

Si se daba prisa llegaría a tiempo. Claro que entre sus planes no contó con que mientras bajaba por las escaleras, un par de cajas se le atravesarían en el camino, las cuales lo hicieron frenar en seco.

—¡Lo siento!—una voz femenina con un vago acento germano habló desde detrás de las cajas de cartón—No fue mi intención, lo lamento.—cuando asomó por una esquina, él pudo apreciar su rostro.

NO TIME TO DIE ✧ bucky barnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora