Ataque de Pánico

450 39 5
                                    

Espero que les guste~

Ink puede contar con los dedos de una sola mano la cantidad de ataques de pánico que ha tenido en su vida. Después del primero, siempre evitables lugares pequeño y cerrados pero cuando no puede hacerlo, se distrae con los enemigos o rompe cabezas para salir lo más rápido posible. Aunque no siempre salen tan bien como ella quiere. De alguna manera, termina en lo que parece ser una trampa bajón tierra. Es pequeño, realmente pequeño, su salida de arriba está bloqueada por algo que no puede ver porque todo está oscura. Intenta concentrarse en otra cosa, en serio lo intenta, pero sabe que es inútil ante la opresión en su pecho y su repentina dificultad para respirar. Está jadeando, sin poder respirar del todo bien y sintiendo desesperación cuando el aire no entraba en sus pulmones como deberían. Cerró los ojos con fuerza, agarrando sus orejas y dándoles un pequeño tirón, esperando que el dolor la mantuviera consiente antes de desmayarse o quien sabe que más.

-¡Ink!- abre los ojos de golpe y recuerda, alguien más cayó con ella. Alguien está agarrando su mejillas y la está llamando. La voz sonaba lejana, amortiguada, y le costo identificarla.

-¡M-Mug!- soltó sus propias orejas para estirar las manos, buscando ciegamente, hasta poder aferrarse a la ropa ajena. Estaba temblando y sabía que ya  había lagrimas corriendo por sus mejillas, pero gracias a la oscuridad no se podían ver. -N-No...p-puedo...- sollozo sin poder evitarlo, algo desesperada. No podía respirar, no podía detener su llanto o las lagrimas, no podía hacer que la opresión en su pecho desapareciera, ni siquiera podía pensar correctamente.

-Si, puedes- él sonaba confiado pero ella negó, sollozando nuevamente y jadeando. Mug no pudo evitar hacer una mueca, mirándola con preocupación, sabía que a ella no le gustaban este tipo de lugares pero realmente no esperaba que se derrumbara con tanta rapidez. Estaba algo desesperado, no sabía muy bien como lidiar con la situación, pero no quería dejarla en ese estado. Dudo pero se armo de valor, rodeándola con sus brazos en un fuerte abrazo y acercándola a su pecho. Ink jadeo y sollozo contra su hombro pero no lucho para apartarse, sino que se aferro a su ropa. Su agarre era fuerte y desesperado pero Mug simplemente murmuro palabras de consuelo, apretando un poco su agarre. Ella no tardo mucho en quedar inconsciente.

... ... ... ...

Ink abrió lentamente los ojos, encontrándose con algo de color amarillo y lunares negros apenas su vista se enfoco. Tardo unos segundos en reconocer que estaba recostada dentro de la carpa del felino, con una almohada bajo su cabeza y una suave sabana cubriéndola.

-Félix...- suspiro con pesadez, su cuerpo entero le dolía y no quería moverse. El rostro ajeno no tardo mucho en estar en su linea de visión.

-Hey...- él sonrío ligeramente, luciendo aliviado. -¿Como te sientes?-

-...horrible...- gruño. Sentía la garganta seca, los ojos pesados y el cuerpo entero adolorido, por no mencionar la migraña que ahora tenía. -...odio los ataque de pánico...- cerro los ojos con fuerza, deseando poder volver a dormir.

-Lo sé, son de lo peor- asintió Félix, agarrando una botella que estaba a su lado y ayudándola a sentarse. Ella abrió la botella y bebió, sedienta. Miro la botella que tenía en su mano por unos segundos, cuando algo repentinamente vino a su mente.

-¡Ho cielos, Mug!- miro a su amigo con los ojos bien abiertos. -¡Él tuvo que lidiar conmigo!- chillo, soltando la botella para cubrir su rostro con vergüenza y sintiendo las mejillas arder. El felino simplemente sonrío ligeramente, dándole una ligera palmada en la espalda en señal de apoyo. Se acostó y se cubrió por completo con la sabana, avergonzada.

-¡Ink!- se acurruco aun más en su lugar ante la voz de Mug, mordiéndose la lengua para no suplicar que no se fuera al escuchar los pasos de Félix alejarse. -¿Ink?- ahora estaba sentado a su lado pero ella no se movió. No tardo mucho en sentir como él agarraba la sabana para apartarla un poco y la coneja simplemente lo dejo, seria mejor lidiar con eso en el momento. -¿Estas bien?- Mug se veía preocupado. Ink se sentó para mirarlo mejor, ignorando el dolor de su cuerpo.

-Lo siento...- lo miro con pena.

-¿Por qué te disculpas?- ladeo la cabeza, confundido.

-Tuviste que lidiar con mi ataque de pánico...- hizo una mueca. -...debía haber sido horrible-

 -Un poco...- asintió. -...pero más que nada porque no sabía como ayudarte- ella se le quedo mirando por unos segundos.

-De igual manera, lo siento- suspiro lentamente, desviando la vista.

-¡No te disculpe!- estiro la mano para agarrar la mano ajena, dándole un ligero apretón y mostrando una gran sonrisa cuando ella lo miro nuevamente. -Tú me dijiste que todos tienen miedo...- recordó. -...y me hiciste compañía con mi miedo a las arañas, así que yo hare lo mismo- ella parpadeo, no había esperado eso.

-Gracias Mug- sonrío sin poder evitar, enternecida por lo dispuesto que se veía. Su sonrisa pareció agrandarse antes de soltarla y lanzarse a abrazarla con fuerza. Ella le devolvió el gesto y se permitió a si misma relajarse entre los brazos ajenos, aun se sentía cansada y adolorida pero protegida.

The Old Toons 2️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora