Capítulo 10

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El reto

Seguíamos abrazados en mitad se ese pasillo, no hacían falta palabras, estábamos comodos el uno con el otro.

–Vente a mi casa hoy, no voy a dejar que duermas sola.

–¿Y si molesto?

–Cuando mi madre te vea le vas a encantar.

Cogió algunas cosas que necesitaba y bajamos a la planta de abajo para irnos.

–¿Por que vienés sin camiseta?

–Duermo en calzoncillos, me e puesto los primeros pantalones y zapatos que e visto pero no e encontrado ninguna camiseta. ¿Por que? ¿No te gusta lo que ves? - digo con una sonrisa pícara.

–¿No te dolio este tatuaje? Tienes todo el pecho lleno.

–Hombre, no te voy a mentir ni me voy a poner de hombre macho ni nada, algunos duelen como la mierda, pero hey, quedan facheritos después. ¿Tu tienes alguno?

–Tengo tres. - abri mis ojos y la mire fijo - no me esperaba que la castaña fuera una malota. ¿Donde los tienes?

–Tengo uno en el antebrazo, otro en el cuello con mi nombre y también tengo una fresa tatuada. - eso último lo dijo escondiendo su cara con las manos.

–¿Donde tienes la fresa?

–No te lo puedo decir - dijo con las mejillas como tomates.

–Venga ya castaña, dimelo - dije mientras me subía a la moto y le pasaba el casco.

–Algún día sabrás donde esta - dijo mientras se montaba y me abrazaba.

Puse rumbo a mi casa, no os voy a mentir que pase un frío de cojones increíble, pero la suerte era que no vivíamos tan lejos como pensaba.

Nos bajamos de la moto y abri la puerta de mi casa, me coloque el dedo en los labios para decirle que no hiciera ruido.

–No tengo una mansión como tu, pero es acogedor - dije susurrando para no hacer mucho ruido.

–Esta bien - dijo mientras miraba algunos cuadros colgados por las paredes. - ¿Quienes son? - dijo señalando una foto en la que salíamos Hugo, Beatriz, Iván y yo.

–Este de aquí es Hugo - dije señalandole. - esta Beatriz - dije señalando a la chica de pelo rizado - este de aquí es mi hermano Iván y este de aquí soy yo.

–Eras el más bajito, y ahora le sacas una cabeza a Hugo.

–Siempre fui el bajito del Grupo, supongo que la adolescencia me pego fuerte. Vamos a la habitación, debes dormir - cuando dije eso se puso nerviosa y lo pude notar, ya que sus mejillas se tornaron a un color rosita.

Subimos las escaleras para llegar a mi cuarto. Contra más nos acercabamos más se escuchaban los ronquidos de Hugo.

–¿Quien está es tu habitación? - pregunto con una sonrisa.

–Es Hugo, ronca como un animal. - abri la puerta de mi habitación y le deje pasar primero. - bienvenida a mi cueva.

Andamos hasta llegar a mi casa, con el cuidado de no pisar nada que estuviera por el suelo.

–Yo dormire en el sofá - digo mirando hacia el sofá donde estaba Hugo.

–No me importa si duermes conmigo, no va a ser la primera vez que durmamos juntos.

Me quite los zapatos y me deje el pantalón de chandal. Nos acomodamos en la cama y Hugo empezó a roncar más fuerte, cogí un cogin y se lo lance.

Dulce tentación (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora